Las elecciones de mayo de 2024 han llevado a un cambio de gobierno, pero tras cinco meses de gestión, parece que se profundizan las mismas políticas neoliberales.
En comparación con el agitado cierre de 2023 la primera mitad del 2024 en Panamá osciló entre el final de un gobierno desacreditado tras el conflicto minero y la conclusión de un proceso electoral que, además de la fragmentación en las fuerzas tradicionales dentro del Parlamento, definió a José Raúl Mulino como nuevo presidente de Panamá.
El ingreso como estado asociado al Mercado Común del Sur (Mercosur) o la disminución del 41 % en las cifras de migrantes que atravesaron el país en relación con el año anterior, matizan la posición de Panamá hacia el mundo, al mismo tiempo en que su política exterior mantiene fuertes los vínculos con el norte.
Aunque la actual administración intenta distanciarse de sus predecesoras, las declaraciones del nuevo presidente sobre su afinidad con el sector empresarial son un ejemplo para distintos movimientos sociales, de la continuidad que vincula a los últimos gobiernos que ha tenido el país.
2024 finaliza con la tensión que ha generado el primer debate parlamentario de las reformas a la Caja de Seguro Social que, de no ser aprobadas en los próximos días, podrían acaparar la atención de las primeras semanas del entrante 2025 al enfrentar posiciones opuestas entre la propuesta del gobierno y la de distintos gremios.
John Alonso, Ciudad de Panamá
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