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“¿Es posible estar en tantas partes a la vez y disfrutar o tener una experiencia reflexiva respecto a los contenidos que se están debatiendo si es que realmente no estamos?”, preguntó el presidente chileno.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, se ha comprado un teléfono móvil “de los antiguos, sin Internet”, con el objetivo de “empezar una transición tecnológica”, según reveló durante la inauguración del Congreso Futuro 2025, que tuvo lugar este lunes en la capital del país latinoamericano.
“Dentro de poco tiempo más voy a tener la suerte, la alegría de ser padre, y una de las decisiones que tomé es empezar una transición tecnológica. Me compré uno de estos, de los antiguos, sin internet”, dijo en su discurso, mostrando el dispositivo en cuestión.
En este punto, aclaró que es consciente de que no se trata de volver al pasado y negar la tecnología, sino de buscar formas sobre cómo nos relacionamos de manera sana con nuestro entorno y sobre cómo la utilizamos para mejorar nuestra calidad de vida.
Levantar la mirada
Asimismo, instó a las personas del público que estaban mirando sus celulares a levantar la mirada, porque “resulta muy difícil pensar que en estos tiempos de inmediatez […] podamos concentrarnos en el momento y escuchar lo que está diciendo nuestro interlocutor si estamos revisando las noticias”.
“¿Es posible estar en tantas partes a la vez y disfrutar o tener una experiencia reflexiva respecto a los contenidos que se están debatiendo si es que realmente no estamos? A mí personalmente me cuesta mucho y me doy cuenta cuando, producto de este ímpetu por estar en todas partes, a veces en una discusión importante, me pierdo unos segundos para tratar de estar conversando a la vez con otro ministro para solucionar otro problema”, continuó el mandatario.
En su opinión, el “atrofiamiento mental” cada vez más frecuente entre la población actual está relacionado con pasar más tiempo pegado a las pantallas, perdiéndonos así la posibilidad de disfrutar una obra, un momento o leer un libro.
“Yo no quiero ser un nostálgico del pasado o esta vieja idea de que todo tiempo pasado fue mejor, soy y me declaro un optimista empedernido respecto de las condiciones de posibilidad del futuro. Pero, evidentemente, hay que tender alertas”, concluyó.