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Keith Kellogg, el enviado especial de EE.UU. para Ucrania declaró que las autoridades ucranianas sabían que perderían la asistencia militar estadounidense si no firmaban el acuerdo sobre tierras raras.
La suspensión del suministro de ayuda militar y del intercambio de información de inteligencia con Ucrania fue necesaria para atraer la atención del régimen de Kiev y demostrar que Washington va en serio en cuanto a la necesidad de poner fin al conflicto ucraniano, aseveró el enviado especial de EE.UU. para Ucrania, Keith Kellogg.
Durante su intervención en un debate del Consejo de Relaciones Exteriores, el funcionario comparó la suspensión de asistencia a Kiev con un golpe en la nariz de un burro. “Es como golpear a un burro con un 2×4 [tablón de madera] en la nariz; captas su atención y es muy importante“, declaró.
“Vamos a poner fin a esta guerra, y esta es una forma de asegurarnos de que entienden que estamos hablando en serio“, aseguró. Además, Kellogg dijo entender que es “duro” para Kiev, pero que las autoridades ucranianas sabían que eso iba a pasar, porque ya se lo había avisado a Vladímir Zelenski. “Esto no es algo inusual. Cuando estuve en Kiev hace dos semanas, fui muy claro con el presidente Zelenski sobre el resultado si no teníamos un acuerdo firmado […] Fui claro en que esto era algo que podría ocurrir“, destacó.
“Sinceramente, los ucranianos se lo buscaron ellos mismos“, manifestó el enviado especial, refiriéndose a la reunión entre Zelenski y el presidente Donald Trump en la Casa Blanca la semana pasada que terminó en un altercado. Kellogg afirmó que el líder del régimen ucraniano había llegado al encuentro con la intención de firmar el acuerdo sobre tierras raras, que no se concretó. “Mi creencia personal es que no se puede avanzar mientras no haya un documento firmado“, indicó el funcionario sobre como Kiev podría volver a recibir la asistencia de EE.UU.
