Publicado:
González permanece encarcelado desde el 28 febrero de 2022. Lo detuvieron mientras cubría la crisis de refugiados ucranianos en la localidad de Przemysl, en la zona fronteriza con Ucrania.
El ministro de Exteriores de España, José Manuel Albares, declaró este miércoles que pide “sistemáticamente desde el primer día” de detención del periodista Pablo González por agentes polacos que “de una vez por todas se presenten las pruebas que pueda haber” en su contra, subrayando que salvaguarda su presunción de inocencia.
“Yo no soy ni juez ni policía, soy ministro de Asuntos Exteriores y por lo tanto no investigo, pero sí quiero que haya un juicio oral, contradictorio y público lo antes posible”, afirmó Albares, agregando que es lo que le ha solicitado “insistentemente” a su homólogo de Polonia.
El jefe de la Cancillería española también explicó que el caso está “dentro del espacio judicial europeo”, y el margen de los ministros de Asuntos Exteriores más allá de la asistencia consular “es muy, muy limitado”, extendiéndose a “poco más que la asistencia consular”, mientras que las comunicaciones se efectúan “directamente entre órganos judiciales“.
“Pero no le quepa la menor duda, siempre que sus abogados, siempre que su familia ha contactado con la Embajada, hemos hecho todo lo posible para facilitar la comunicación. Lo vamos a seguir haciendo, voy a seguir exigiendo un juicio oral lo antes posible y voy a seguir ocupándome directamente y dando instrucciones —como he hecho desde hace dos años— al embajador de España en Polonia para que él personalmente se ocupe, como lo está haciendo, igual que el cónsul”, aseguró Albares.
González lleva dos años en prisión preventiva en Polonia desde que lo detuvieron el 28 de febrero de 2022, cuando se encontraba en el país cubriendo la crisis de refugiados ucranianos en la localidad de Przemysl, en la zona fronteriza con Ucrania.
En enero del año pasado, el periodista calificó de “inhumanas” las condiciones en las que lo mantenían recluido en la cárcel de Radom, con moho en las paredes de su celda sin ventilación, y denunció que lo sometían a procedimientos humillantes al darle el estatus de recluso peligroso.
A día de hoy, apenas se conocen detalles sobre la acusación que pesa sobre él, más allá de la denuncia de que habría estado aprovechando la naturaleza de su trabajo para pasar información a Rusia, sin detallar en ningún caso a quién se la facilitaba, ni qué tipo de información era o el modo y propósito de sus presuntas acciones.
González nació en Moscú y es nieto de un ‘niño de la guerra‘, los menores que fueron enviados a la Unión Soviética para escapar de la Guerra Civil Española entre 1936 y 1939. Su defensa alegó que la acusación polaca solo se basa en su doble nacionalidad rusa y española.