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Se llegó a esa conclusión tras administrar a ratones, durante 12 semanas, alimentos que contenían 0,15 % de aspartamo, el equivalente a que una persona beba tres latas de refresco dietético al día.
El aspartamo, uno de los sustitutos más comunes del azúcar, podría provocar un significativo riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, debido a un desencadenante molecular recientemente detectado en el revestimiento de las arterias, informó este miércoles la editorial científica Press Cell.
A pesar de que se ha sugerido que los edulcorantes artificiales tienen efectos dañinos en la salud, en particular si se consumen con frecuencia, se desconocían cuáles eran los mecanismos moleculares implicados.
Ahora, en un estudio publicado en la revista Cell Metabolism, se reportó que el aspartamo desencadena picos de insulina, la hormona que controla la glucosa en la sangre, lo que conduce a la acumulación de placas de grasa en las arterias (arterosclerosis). Este hallazgo sugiere que la insulina pude ser un vínculo importante entre el aspartamo y la salud cardiovascular.
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Para llegar a este resultado, los investigadores administraron a ratones dosis diarias de alimentos que contenían 0,15 % de aspartamo, el equivalente a que una persona beba tres latas de refresco dietético al día, durante 12 semanas.
Un descubrimiento inesperado
Tras demostrar que los niveles elevados de insulina propiciaron el crecimiento de placas de grasa en las arterias de los roedores que consumieron el edulcorante, se decidió examinar los mecanismos subyacentes. Los científicos descubrieron que una molécula de señalización, conocida como CX3CL1, se volvía más activa a medida que se incrementaban los niveles de insulina.
El investigador Yihai Cao explicó que en comparación con la mayoría de las sustancias químicas, que se eliminan rápidamente cuando el corazón bombea sangre, la CX3CL1 se fija en “la superficie del revestimiento interior de los vasos sanguíneos, donde actúa como cebo y atrapa a las células inmunitarias a su paso“.
Cuando se eliminaron los receptores CX3CL1 de las células inmunes de los roedores, se detuvo la peligrosa acumulación de las placas de grasa en las arterias, lo que demuestra que esa molécula es importante en cuanto a los efectos de este edulcorante.
“Los edulcorantes artificiales han penetrado en casi todo tipo de alimentos, por lo que debemos conocer su impacto a largo plazo sobre la salud”, afirmó Cao. Los investigadores planean realizar más investigaciones para verificar en humanos sus descubrimientos.
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