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La funcionaria justificó la represión en una marcha de jubilados y aseguró que la manifestación fue organizada por “sectores que buscan la desestabilización” del Gobierno de Argentina.
A 24 horas de la violenta jornada que se vivió este miércoles en Argentina durante una protesta de jubilados, la ministra de Seguridad del país, Patricia Bullrich, justificó el operativo represivo y anunció que los 114 detenidos —ya liberados por la Justicia— serán denunciados penalmente.
En una rueda de prensa realizada este jueves, Bullrich aseguró que la manifestación realizada en el Congreso fue “organizada por patotas, barras bravas, agrupaciones de izquierda violentas y sectores que buscan la desestabilización” del Gobierno nacional.
Además, la funcionaria dijo que pedirá la “expulsión inmediata de los extranjeros detenidos”; que se tomarán medidas contra la jueza Karina Andrade, que ordenó la liberación de las personas retenidas en la protesta; y que presentará un proyecto de ley ‘antibarras’ contra los grupos violentos vinculados al fútbol.
Según Bullrich, las personas capturadas por la Policía tras la represión, en su mayoría jubilados, hinchas y militantes políticos, estaban “armados hasta los dientes” para generar “caos” y “violencia”. Por el momento, el Gobierno no ha exhibido pruebas que sostengan esa acusación.
Resultados de la represión
Durante la protesta, cuyo objetivo era reclamar una actualización de los haberes jubilatorios, se registraron situaciones de extrema violencia y excesivo uso de la fuerza por parte de los uniformados.
Entre los varios heridos que causó la represión, se encuentra el fotógrafo Pablo Grillo, que permanece internado en estado grave tras recibir el impacto de una granada de gas lacrimógeno en su cabeza. Grillo tiene fractura de cráneo y pérdida de masa encefálica y su pronóstico es reservado.
También, una anciana debió ser hospitalizada luego de que un efectivo policial la golpeara con una porra en la cabeza y cayera desplomada al suelo en la calle, donde la asistieron otros manifestantes.
Un reportero de RT, Ricardo Romero, casi recibió el impacto de una bala de goma mientras cubría la manifestación. Un agente motorizado dobló la esquina donde se encontraba Romero y disparó su arma a la altura de la cabeza, a pocos metros de donde se encontraba el periodista, que se vio sorprendido cuando ejercía su labor informativa.
Al término de la manifestación, varios ciudadanos se concentraron en la Casa Rosada, sede del gobierno nacional, para repudiar la represión y exigirle al presidente Javier Milei la renuncia de Patricia Bullrich. También se realizaron cacerolazos y protestas espontáneas en varios puntos del país.
