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Las autoridades suspendieron un decreto que suspendía esta política comercial.
El Gobierno argentino puso fin a una serie de decretos que impedían la exportación de chatarra y de residuos metálicos que regían desde 2009 como parte de una estrategia que apuntaba a fortalecer la industria siderúrgica local que requiere de estos recursos para producir acero.
“El presidente Javier Milei ha dicho en reiteradas ocasiones que el poder del Estado no se debe usar para redistribuir arbitrariamente ingresos entre los actores de un mercado. Por ello ayer decidimos no renovar los alcances de los decretos 1040/20 y 70/23 (…) por el cual se había prohibido la exportación de desechos metales y no ferrosos“, explicó el ministro de Desregulación y Transformación del Estado de Argentina, Federico Sturzenegger, en un mensaje en sus redes sociales.
Las razones
Según el funcionario, esta prohibición era dañina por varios motivos. “Primero, porque al deprimir el precio local de los desechos desincentivaba el reciclado. Pero era nociva, sobre todo, porque prohibía un sinfín de negocios de reciclado para amplísimos sectores de la economía“, dijo.
Por ejemplo, aseguró, los cables de cobre desechados por las telefónicas, que tienen un activo mercado para ser reciclados en el exterior, no podían venderse a otros países. “En estos meses recibimos incontables mensajes de empresas cuyos negocios estaban vedados por esta prohibición”, denunció.
La prohibición, agregó, solo beneficiaba a los procesadores de la chatarra, pero perjudicaba a quienes la producían y provocaba la pérdida de negocios de valorización de residuos.
“La norma original fue de julio de 2009 y se pensaba que duraría 180 días. Pero como en Argentina todo lo transitorio tiende a convertirse en permanente se renovó (hasta 2023). La eliminación de este tipo de medidas es el triunfo de la libertad por sobre el ‘lobby'”, afirmó.
