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Con motivo del Día Internacional en Memoria del Holocausto, el Ministerio ruso de Defensa ha publicado documentos de archivo que evidencian “todos los horrores de lo que vieron y oyeron los soldados del Ejército Rojo” que hace exactamente 80 años lograron liberar a los prisioneros del campo de concentración nazi de Auschwitz y detener su “cinta transportadora de la muerte” que exterminó a entre 2 y 4 millones de personas.
“El 27 de enero de 1945, las tropas soviéticas, avanzando en combate a través del territorio de la Polonia ocupada por las tropas de Hitler, liberaron el campo de concentración alemán de Auschwitz Birkenau (Oswiecim, en polaco), que en sus cinco años de su existencia fue convertido en una cinta transportadora para el exterminio total de personas”, reza la publicación de la cartera rusa.
‘La cinta transportadora de la muerte’
El corresponsal de guerra del periódico Pravda, Borís Polevói —que se encontraba en las filas del Ejército soviético y fue uno de los primeros en visitar el campo de concentración una vez liberado—, al describir el proceso de exterminio en Auschwitz, indicó que, durante los dos primeros años, los prisioneros estaban siendo fusilados y enterrados en grandes fosas para 200-250 personas. “Cientos de esas tumbas se hallan en la parte oriental del campo”, reza una de sus notas.
“En 1942, los alemanes construyeron dos crematorios: el primero, en el que se quemaban los cadáveres, al igual que en [el campo de concentración de] Majdanek, se asemeja a una gran fábrica de quema de cal, el segundo era la llamada ‘cinta transportadora de la muerte'”, indicó.
“Era un edificio largo, de casi de medio kilómetro, al final del cual se localizaban hornos de minero alimentados con gas de carbón caliente; la temperatura en esos hornos alcanzaba 800 grados, así que los cadáveres se quemaban allí en ocho minutos”.
Cámaras de gas y experimentos con personas vivas
Los informes del departamento político del 60.º Ejército de la Unión Soviética sobre la situación en el territorio polaco liberado también recogieron testimonios de los prisioneros del campo de Auschwitz. En un reporte del 26 de enero de 1945 se lee lo siguiente:
“Todos quienes no eran capaces de trabajar fueron ubicados en barracones separados situados en la parte sur de Oswiecim. Allí, los desnudaban y los mataban con gases especiales, luego sus cuerpos eran quemados […]. En cada dos barracones trabajaba un ‘médico’ especial. Examinaba a todos los prisioneros tres veces por semana y entregaba una lista de los enfermos a los guardias de las SS”, reza el documento.
Luego, los nazis llevaban a todos los que figuraban en la lista a las cámaras de gas y quemaban sus cadáveres en hornos crematorios. “Así, durante el año 1944, estaban siendo quemadas hasta 200 personas por semana“, se señala.
Además, en Auschwitz se realizaban activamente experimentos con personas vivas, sobre todo con mujeres. “Les extirpaban los ovarios para luego fotografiarlos. Después de esta operación, la mayoría de las mujeres moría. A muchas las esterilizaban con rayos X, lo que les quemaba la piel”, recogen los archivos el testimonio de una prisionera de Auschwitz.
“Una particular crueldad”
En el campo de concentración de Auschwitz llevaban a prisioneros políticos polacos, judíos de distintos países europeos, así como a personas de otras naciones que se resistían al nazismo. Pero después de que la Alemania nazi invadiera la URSS, comenzaron a llegar al campo los prisioneros de guerra soviéticos, que fueron tratados con “una particular crueldad”, destacan desde el Ministerio de Defensa de Rusia.
“Antes del 1 de enero de 1942, unos 16.000 prisioneros de guerra soviéticos fueron llevados al campo; para principios de 1942, solo entre 80 y 100 de ellos sobrevivieron y fueron enviados a otro campo de concentración”.
Una investigación preliminar de las atrocidades cometidas en el campo de concentración de Auschwitz, fechada el 17 de febrero de 1945 por la comisión de la Dirección Política del 1er Frente Ucraniano, señala que durante el período de “llegada masiva de trenes” con prisioneros, los nazis no tenían tiempo de enviar a todos a las cámaras de gas y quemarlos en crematorios.
“En relación con esto, periódicamente, y en 1944 casi de forma continua, paralelamente con el crematorio, se efectuaban quemas de cadáveres y, a menudo, de personas vivas, especialmente niños, en enormes hogueras. […]. El humo y el resplandor de estas hogueras se veían a muchos kilómetros de distancia”.
Huellas de inhumanidad
A medida que el Ejército Rojo avanzaba liberando los territorios europeos ocupados por el III Reich y se acercaba al campo de concentración de Auschwitz, los nazis comenzaron a tratar de ocultar las huellas de sus crímenes: destruyeron el edificio con la ‘cinta transportadora de la muerte’, otros crematorios, la mayoría de los documentos, así como gran parte de los almacenes con ropa y pertenencias de los presos. Al huir, los nazis escoltaron a Alemania a unos 50.000 prisioneros de Auschwitz y sacaron del campo de concentración objetos de valor, vehículos y equipos.
“Gracias a las rápidas acciones del Ejército soviético, los hitlerianos no tuvieron tiempo de liquidar completamente el campo ni de borrar las huellas de su inhumanidad”, destacan desde la Defensa rusa.
En las cintas documentales soviéticas se ve parte de lo que dejaron los nazis en el campo de concentración de Auschwitz.
Este lunes, la Agencia Federal Rusa de Archivos (Rosarjiv, en ruso) publicó crónicas filmadas tras la liberación de Auschwitz, donde se aprecian montones de coronas de oro, arrancadas junto con toda la mandíbula y siete toneladas de cabello femenino. Además, aparecen montones de vestidos, de calzado, de objetos de higiene y gafas amontonadas que los nazis quitaban a los presos antes de asesinarlos y que enviaban luego a Alemania.
