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Demandaron al Gobierno noruego tras descubrir que se las había cambiado al nacer y, cuando se notó el error, se silenciaron las pruebas.
Dos mujeres noruegas han demandado al Gobierno municipal y al Estado tras descubrir que fueron confundidas en un hospital de maternidad y que vivieron separadas de sus familias durante 60 años, informa la prensa noruega. Sin embargo, el Estado no admite su responsabilidad y afirma que no hay culpables.
El 14 de febrero de 1965, Karen Rafteseth Dokken, que ahora tiene 78 años, dio a luz a una hija en un hospital privado, tras lo cual regresaron a casa. No fue hasta décadas después cuando descubrió que la niña que había estado criando todo ese tiempo no era suya y que su verdadera hija, Linda, vivía con otra familia.
Conmoción repentina
Nadie sospechó nada hasta 1981, cuando un análisis de sangre demostró de repente que Linda no era hija biológica de su madre. Entonces, la madre recurrió al fiscal del distrito del municipio de Heroy, pero las autoridades se negaron a ayudarla a encontrar a su hija biológica y cerraron el caso en 1985.
Durante todo ese tiempo, Mona, la segunda hija, se sintió diferente del resto de la familia, tanto por su aspecto como por sus intereses. Más de 35 años después, se sometió a una prueba de ADN que la puso en contacto con su familia biológica. Entonces, pidió información al Ayuntamiento, donde le dijeron que no conocían ningún caso de intercambio de bebés. Según AP, las autoridades descubrieron el error cuando las niñas eran adolescentes y lo ocultaron.
Ahora, Mona y Linda, ambas de 59 años, junto con Rafteseth Dokken, han presentado una demanda ante el Tribunal de Distrito de Oslo, alegando que las autoridades noruegas han violado su derecho a la vida familiar, consagrado en el Convenio Europeo de Derechos Humanos, y exigen una disculpa y una indemnización de hasta 20 millones de euros.
Por su parte, la otra parte afirma que ya no es posible probar la culpabilidad y que las indemnizaciones solicitadas son demasiado elevadas. De momento, el proceso judicial sigue su curso.