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El estudio presentado por la ONG Oxfam Intermón advierte sobre la cada vez mayor influencia de los “ultrarricos” en la formación de “las reglas del juego”.
Un estudio elaborado por Oxfam Intermón advirtió sobre el aumento de la concentración de la riqueza, a punto tal que el 1 % de la población mundial más acaudalada tiene más que el 95 % restante. El director de la ONG, Franc Cortada, señaló que los “ultrarricos” están “conformando las reglas del juego a su favor”.
Durante la presentación del informe en el marco de la Asamblea General de la ONU que se desarrolla en Nueva York, Cortada expresó que los países están “perdiendo capacidad de acción” frente al poder económico concentrado, por lo que Oxfam afirma que vivimos en la “era de la oligarquía global”. “Más de un tercio de las 50 mayores empresas del mundo tienen a un milmillonario como director ejecutivo o accionista principal”, señala el documento.
En el mismo sentido, detalla que unas 3.000 familias, que en su mayoría viven en América del Norte, Europa y Australia, concentran el 13 % del Producto Interno Bruto (PIB) mundial. Su riqueza creció 10 puntos desde 1987, cuando ostentaban el 3 % del PIB global. En el otro extremo, casi la mitad de la población vive con unos 6,85 dólares diarios, lo que equivale a estar por debajo de la línea de pobreza.
Esta concentración de capital es consecuencia, de acuerdo con el informe, de políticas económicas que favorecen a los sectores más ricos, como las medidas neoliberales adoptadas entre 1980 y 1990, que priorizaron el crecimiento privado en detrimento del bienestar social.
“Los ultrarricos y las megaempresas que ellos controlan están conformando las reglas del juego a su favor, a costa del resto de la población”, denunció Cortada, quien agregó que “aunque el mantra es que la rivalidad entre grandes potencias es el mayor factor que socava el multilateralismo, la realidad es que la desigualdad extrema juega un papel clave”.
Además, afirmó que “en los últimos años, los ultrarricos y las empresas con mayor poder han utilizado su enorme influencia para frenar los esfuerzos para resolver los principales problemas del planeta, como la lucha contra la evasión y la elusión fiscal, asegurar que las vacunas contra la covid-19 sean accesibles para todas las personas o cancelar las deudas insostenibles de los países del Sur global”.
Según el informe de Oxfam Intermón, el mercado mundial de semillas es una muestra de la acumulación de poder, ya que dos empresas controlan el 40 % de este, mientras que tres gigantes tecnológicos concentran el 75 % de los ingresos por publicidad y el 10 % de las mayores empresas estadounidenses tienen el 95 % de las ganancias corporativas que son generadas después del pago de impuestos.
Esta “hiperconcentración de poder y riqueza” hace aún más grande la desigualdad existente entre personas y zonas geográficas, ya que el denominado Sur global “solo cuenta con el 31 % de la riqueza global“, pero en esas regiones vive el 79 % de la población, ya que incluye a India y a China.
Crisis de las vacunas y cambio climático
La propiedad intelectual es otro de los puntos sobre el que los grupos concentrados ejercen influencia. Una muestra de ello fue lo sucedido durante la pandemia de coronavirus, cuando las farmacéuticas se aseguraron los derechos sobre los inmunizantes. Esto “contribuyó en última instancia a un ‘apartheid’ de vacunas“, a través del cual los países más ricos acumularon la mayoría de las dosis.
El impacto climático del desarrollo económico también está determinado por los grandes grupos de poder. Para Oxfam, el 1 % más rico de la población mundial provoca una cantidad mayor de emisiones de dióxido de carbono que los dos tercios más pobres del planeta.
“Solo un multilateralismo basado en la equidad y la justicia puede revertir la intensificación del poder de una oligarquía global. Algunos líderes mundiales están demostrando ser conscientes de ello y han incrementado sus esfuerzos contra la desigualdad, pero tienen que ser más y con mayor fuerza”, analizó Cortada, quien abogó por la cancelación de la deuda pública de los países más desfavorecidos y por un nuevo marco fiscal que combata la evasión fiscal.