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Mark Rutte opina que el acercamientro entre Rusia, China, la RPDC e Irán podría constituir un desafío para la seguridad internacional, por lo que ha pedido a Donald Trump que apoye a Kiev.
El secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha instado al presidente electo de EE.UU., Donald Trump, a seguir apoyando a Ucrania, argumentando que si se la presiona para que acepte un acuerdo de paz en términos favorables a Rusia, Washington podría enfrentarse a una “grave amenaza” por parte de sus adversarios.
En una entrevista concedida a Financial Times y publicada este lunes, Rutte aseveró que durante su reunión con Trump a finales de noviembre le advirtió que el acercamiento entre Rusia, China, Irán y la República Popular Democrática de Corea (RPDC) pondría en peligro la posición de Estados Unidos. Indicó que hizo esfuerzos para persuadir al futuro inquilino de la Casa Blanca a no abandonar la OTAN y continuar brindando apoyo a Kiev.
“No podemos tener una situación en la que [el líder de la RPDC,] Kim Jong-un, el líder ruso [Vladímir Putin], [el presidente chino] Xi Jinping e Irán se feliciten porque llegamos a un acuerdo que no es bueno para Ucrania, puesto que a largo plazo eso será una grave amenaza para la seguridad no solo de Europa, sino también de Estados Unidos”, dijo Rutte.
“El hecho de que Irán, Corea del Norte, China y Rusia trabajen tan estrechamente juntos [significa] que estas distintas partes del mundo en las que hay conflictos, y que deben ser gestionadas por políticos, están cada vez más conectados“, subrayó.
- Durante la campaña presidencial, Trump declaró en reiteradas ocasiones que conseguiría en 24 horas un acuerdo de paz entre Rusia y Ucrania, ya que asegura tener una buena relación con los líderes de ambos países. Asimismo, en su discurso de victoria, el político republicano recordó que durante su primer mandato presidencial “no hubo guerras”, y prometió que cuando llegue de nuevo a la Casa Blanca no habrá nuevos conflictos armados.
- En paralelo, ha criticado a la OTAN en numerosas ocasiones y durante su primer mandato, llegó a advertir a los países del bloque militar que Washington no los protegería de un eventual ataque si no cumplían sus obligaciones financieras con la Alianza. Además, considera que la OTAN no acudiría en ayuda de EE.UU. en caso de ataque, por lo que el gasto de Washington en la Alianza no está justificado.