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Los comicios legislativos que renovarán parcialmente el Congreso de Argentina se realizarán el próximo 26 de octubre.
Los ciudadanos argentinos podrían enfrentar este año una inédita elección en la que los apellidos políticos más importantes del país se encuentren inscritos en la boleta.
Así, es factible que tengan que elegir a la hermana del presidente Karina Milei; la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015); y el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), para uno de los 151 cargos que se disputarán el próximo 26 de octubre, en comicios legislativos que representan una especie de balance del Gobierno de turno.
En este caso, se trata de la primera prueba en las urnas del presidente Javier Milei después de haber ganado en 2023. Los resultados serán fundamentales para allanar o complicar su camino rumbo a la reelección en 2027.
Por eso, las primeras semanas del año han estado marcadas por los rumores de una posible postulación al senado de Karina Milei, actual secretaria general de la presidencia, ya que el Gobierno necesita reforzar sus bancadas parlamentarias y consolidar su partido, La Libertad Avanza (LLA).
Ella misma ha alimentado las especulaciones con declaraciones (“estaré donde mi hermano me necesite”) y una serie de giras en la provincia de Buenos Aires que refuerzan la tesis de que se postulará al Senado en representación de este distrito, que es el más grande en términos electorales de todo el país.
La hermana presidencial es hoy la política más poderosa del país, ya que es la principal asesora de Milei, la que coordinó una campaña que, contra todos los pronósticos, resultó exitosa y modificó por completo el reparto de poder de Argentina.
A su favor juegan los altos niveles de popularidad de Milei, quien después de más de un año de gestión conserva más del 50 % de apoyo. En su contra, destaca su falta de capacidad oratoria, ya que no suele hablar en eventos públicos ni ofrecer entrevistas. Pero el principal desafío es la posibilidad de que compita por una banca en el Senado en un distrito en el que Fernández de Kirchner, por ahora, asoma como favorita.
La opositora
Fernández de Kirchner, actual presidenta del Partido Justicialista (peronista), es la principal líder opositora y los múltiples escándalos y denuncias en su contra no han minado una base de apoyo que se sostiene en alrededor del 30 %.
En un controvertido proceso, la justicia ya la condenó por corrupción y la inhabilitó para volver a ocupar cargos públicos. Sin embargo, la sentencia todavía no está firme, ya que la última palabra la tiene la Corte Suprema de Justicia.
Por eso, mientras no haya un fallo definitivo, la expresidenta puede postularse con el objetivo de volver a ocupar una senaduría por Buenos Aires, en donde las encuestas la colocan en primer lugar de las preferencias electorales con una intención de voto del 34 %.
Al igual que Karina Milei, la expresidenta todavía no confirma su participación electoral, pero lo que sí es un hecho es que ella encabezará el armado de las listas de los candidatos peronistas a alguna de las 24 senadurías y 127 diputaciones que se disputarán dentro de nueve meses. La hermana presidencial hará lo mismo en el caso de las postulaciones oficialistas. Todo dependerá de ellas.
Además, si ambas dirigentes se postulan en el mismo distrito, se convertirá de manera automática en la principal disputa electoral debido al peso político que representan. En un escenario colmado de incertidumbre, Macri podría tener un papel decisivo a pesar de que es uno de los políticos con peor imagen desde que dejó el poder.
El aliado
El expresidente lidera el partido Propuesta Republicana (PRO), que él mismo fundó hace dos décadas y que hoy está en plena crisis de identidad, ya que es un aliado incondicional de LLA, el partido de los Milei, y ha perdido peso propio como representante de la derecha.
Durante el primer año del actual Gobierno, la relación entre Macri y Milei ha tenido oscilaciones e incluso algún momento de tensión, pero en los hechos el expresidente ha terminado apoyando todas las políticas oficialistas.
En los últimos meses, ambos líderes comenzaron a sondear la posibilidad de un pacto para las elecciones legislativas, ya que si el PRO y LLA van con listas separadas, es probable que el peronismo les gane en distritos clave.
Por el contrario, la unidad los fortalecería como opción electoral, pero entonces el PRO correría el riesgo de ser absorbido por completo por LLA. Así, Macri se quedaría sin partido, sin militantes, sin representación ni influencia política, sin cargos y sin popularidad.
En ambos partidos sigue la discusión de si irán juntos o por separado a las elecciones, además de que crecen las versiones de que Macri también se sumará a la lista de candidatos al Senado.
Mientras tanto, el éxodo de figuras del PRO a la LLA es constante y promovido en particular por Patricia Bullrich, la ministra de Seguridad y excandidata presidencial que hoy está peleada con Macri, a quien critica duramente por considerar que, cuando gobernó, no tuvo la misma firmeza de Milei.
