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La ciudad clave fue liberada este jueves tras siete meses del inicio de la incursión de las tropas de Kiev.
Siete meses después de que las Fuerzas Armadas de Ucrania lanzaran su incursión en la provincia rusa de Kursk y se apoderaran de parte de su territorio, la decisiva ofensiva del Ejército de Rusia para expulsar a los efectivos de Kiev ha entrado en su fase final.
El desarrollo de la ofensiva
Desde septiembre del año pasado, un mes después de su inicio, la incursión de las fuerzas ucranianas entró en una prolongada fase posicional tras el accionar de militares rusos que pudieron contener la ofensiva. El Ejército de Ucrania pasó a la defensa, perdiendo gradualmente las localidades capturadas en la provincia de Kursk mientras intentaban ampliar su zona de control ocasionalmente. Asimismo, las tropas de Kiev no lograron frenar el avance de soldados rusos en Donbass, aunque pretendían hacerlo con su invasión, para que el territorio ocupado en Kursk sirva como “moneda de cambio” en eventuales negociaciones con Moscú.

En enero de 2025, los combates en torno a Sudzha se habían intensificado. Las fuerzas ucranianas intentaron reforzar sus posiciones, pero las tropas rusas adoptaron una fuerte estrategia vista anteriormente en Donbass: rodear al Ejército de Ucrania por tres lados, perturbar las rutas logísticas y forzar su colapso mediante el desgaste.
El punto de inflexión llegó a mediados de febrero, cuando los militares rusos liberaron Svérdlikovo y cruzaron el río Loknia, accediendo a la principal ruta de suministro de las tropas ucranianas desde Sumy a Kursk. Tras ello, su situación se deterioró visiblemente: los informes de Kiev indicaban la significativa superioridad del Ejército ruso.
La liberación de Sudzha
La fase activa de la operación comenzó el 7 de marzo. Las tropas rusas atacaron las líneas de suministro de sus adversarios y los pasos fronterizos clave, al tiempo que lanzaban asaltos multidireccionales. En un movimiento audaz, Moscú incluso llevó a cabo una incursión en la provincia ucraniana de Sumy con el fin de paralizar aún más la logística del enemigo y aumentar la presión sobre sus unidades que todavía seguían en la provincia de Kursk.
A diferencia de las prolongadas batallas en Donbass, que se han centrado en el desgaste y los avances graduales, la operación Sudzha priorizó la velocidad, la sorpresa y la destrucción sistemática de las redes de suministro ucranianas. Este enfoque culminó en la ahora famosa operación ‘Tubería’ o ‘Flujo’, como se la denomina extraoficialmente, en la que más de 800 militares de diversas unidades del Ejército ruso pasaron varios días en una tubería vacía de un gasoducto, que antes suministraba gas de Rusia a Europa a través de Ucrania, y tomaron al enemigo por sorpresa, al atacarle en lo que era su retaguardia. Como resultado, las fuerzas rusas recuperaron el control de zonas industriales clave al norte y al este de Sudzha, al tiempo que liberaron una serie de asentamientos .
Las tropas ucranianas intentaron retirarse hacia Sudzha con la esperanza de estabilizar las líneas defensivas y prolongar la batalla, sin embargo, para el 10 de marzo, su colapso era evidente. Las unidades empezaron a alejarse caóticamente, algunas huyendo hacia la frontera y abandonando su equipo. Este jueves, el Ministerio de Defensa ruso anunció la liberación completa de la ciudad de Sudzha.


¿Y ahora qué?
Este miércoles, el presidente ruso, Vladímir Putin, celebró una reunión con mandos militares en uno de los puntos de control de la agrupación de tropas de Kursk. “Nuestra tarea es derrotar al enemigo atrincherado en la provincia de Kursk lo antes posible, en el menor tiempo posible”, declaró el jefe de Estado. Asimismo, sugirió pensar en la creación de una zona de seguridad fronteriza en esa región. “Por supuesto, tenemos que pensar en el futuro y en crear una zona de seguridad a lo largo de la frontera estatal”, añadió el mandatario.


Además, advirtió que Rusia tratará como terroristas a los militares ucranianos capturados en el área. “Todas las personas que se encuentran en el territorio de la provincia de Kursk, que cometen aquí crímenes contra la población civil, que se oponen a nuestras Fuerzas Armadas, a las fuerzas del orden y a los servicios especiales, son terroristas“, continuó.
Por su parte, el jefe del Estado Mayor General de las FF.AA. y primer vice ministro de Defensa ruso, Valeri Guerásimov, detalló que el 86 % del territorio de la provincia de Kursk que estaba ocupado por las Fuerzas Armadas de Ucrania tras la incursión de agosto pasado ha sido liberado por el momento. La parte ucraniana perdió allí más de 67.000 militares y al menos 7.000 unidades de equipamiento, incluidos 391 tanques, 2.780 vehículos blindados de combate, más de 1.000 piezas de artillería y morteros, entre otros numerosos equipos calcinados.
Desde el Kremlin precisaron este jueves que la aparición del presidente en el punto de mando en atuendo militar es una “señal de determinación” para liberar la provincia de ocupantes ucranianos.