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La presidenta de la Comisión Europea toma importantes decisiones presupuestarias sin consultar a los países miembros de la UE, que son los que finalmente tienen que pagar las facturas.
Los países miembros de la Unión Europea (UE) están cansados del “estricto control que ejerce” la presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, sobre la política exterior del bloque comunitario y de su toma de decisiones presupuestarias unilaterales, informa Politico con referencia a dos diplomáticos europeos.
Según estas fuentes, la jefa del Ejecutivo europeo no consultó a los Estados miembros de la UE antes de firmar la semana pasada una declaración conjunta de asociación estratégica con Jordania que prevé una asistencia macrofinanciera al país árabe por 3.000 millones de euros (más de 3.120 millones de dólares).
“Nos enfrentamos a un hecho consumado mientras somos nosotros los que pagamos la factura”, dijo al medio uno de los diplomáticos de forma anónima.
“No es la primera vez que Von der Leyen hace algo así para quedar bien con los líderes mundiales. [Los países miembros] están cada vez más hartos de ella“, resumió la fuente.
Así, a mediados de diciembre, Politico reportó que altos diplomáticos europeos desaprueban que Von der Leyen tome decisiones importantes de forma independiente. En particular, señalaron que “fue más lejos que cualquier presidente de la Comisión en la interpretación de su mandato” con su decisión unilateral de firmar el tratado de libre comercio de la UE con el bloque sudamericano Mercado Común del Sur (Mercosur).
“No es el marco de los tratados”
El medio destaca que Von der Leyen tuvo durante su primer mandato como jefa de la CE relaciones “difíciles” con los líderes de la UE que “técnicamente debían dirigir la política exterior” del bloque: el expresidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y el exjefe de la diplomacia europea, Josep Borrell.
“Ursula von der Leyen ha ido acaparando hasta la más mínima migaja de poder exterior en cada ocasión“, declaró el eurodiputado socialista Nacho Sánchez Amor, cercano a Borrell, al recordar que la política exterior debería ser competencia del Consejo Europeo.
“Esto hay que aclararlo, porque es muy confuso para nuestros interlocutores en el mundo. […] Hemos asumido acríticamente que la política exterior se inclina hacia la Comisión, y ese no es el marco de los tratados”, añadió, pidiendo que se debata esta cuestión en vez de permitir que el cambio pase desapercibido.