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Este viernes por la noche, Brad Sigmon, un preso de Carolina del Sur condenado por el doble asesinato de los padres de su exnovia, fue ejecutado por un pelotón de fusilamiento, marcando el primer uso de este método en 15 años en Estados Unidos. En sus últimas palabras citó varios pasajes bíblicos para argumentar que “en ninguna parte del Nuevo Testamento Dios da al hombre autoridad para matar a otro hombre”.
Sigmon reflexionó sobre su condena, señalando que el jurado había utilizado la regla del “ojo por ojo” como justificación para su sentencia, y admitió que en ese momento era “demasiado ignorante” para comprender lo erróneo de esa perspectiva.”Quiero que mi declaración final sea de amor y un llamamiento a mis compañeros cristianos para que nos ayuden a acabar con la pena de muerte” dijo.