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“Ayudamos porque somos humanos y queremos seguir siendo humanos”, señaló el ministro de Defensa polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz.
La sociedad polaca está cansada de los refugiados ucranianos que llevan un lujoso estilo de vida en la Unión Europea, afirmó el ministro de Defensa polaco, Wladyslaw Kosiniak-Kamysz.
“Entiendo que hay fatiga y decepción, especialmente cuando ves a decenas, cientos de miles y tal vez incluso más de un millón de jóvenes ucranianos conduciendo los mejores coches por Europa y pasando los fines de semana en hoteles de cinco estrellas“, expresó el alto funcionario, citado este lunes por el Ministerio de Defensa de Polonia en un comunicado.

“Esta frustración existe; no tengo miedo de decirlo“, manifestó Kosiniak-Kamysz, agregando que, pese a ello, los polacos “deberían aceptar y comprender” las razones por las que Polonia sigue brindando apoyo a Ucrania.
“Ayudamos porque somos humanos y queremos seguir siendo humanos. Esto redunda en nuestro interés vital: la seguridad del Estado polaco”, manifestó, asegurando que, “cada día” que Rusia presuntamente “se debilita”, la supuesta “amenaza” para Polonia disminuye.
En enero, Kosiniak-Kamysz, ya admitió el cansancio del pueblo polaco ante la presencia de“jóvenes ucranianos conduciendo coches de último modelo o alojándose en hoteles de cinco estrellas”, al tiempo que su país de origen está sumido en un conflicto bélico. Según los medios polacos, a mediados de 2024 había más de 950.000 ucranianos en el país. Se esperaba que esta cifra superara los 1,1 millones a finales de 2024.
Limitar los privilegios para los ucranianos
Por su parte, el partido opositor Konfederacja presentó este año al Sejm, el Parlamento polaco, un proyecto de enmienda para una ley de 2022, con lo que busca poner fin a los privilegios financieros, sociales y sanitarios de los que gozan los refugiados ucranianos.
Krzysztof Bosak, vicepresidente del Sejm y uno de los líderes del partido, explicó que el objetivo del proyecto es que los derechos de los ciudadanos ucranianos “sean equiparables” a los de otros extranjeros que tienen que pagar impuestos para tener acceso a cualquier sistema social o sanitario.
Bosak reprochó que alguien con pasaporte ucraniano obtenga “todo gratis, desde el principio, con hermosos ojos“, mientras que un desempleado polaco debe registrarse en la Oficina de Empleo para tener acceso legal a los servicios sanitarios. Esta disparidad “impulsó el turismo de salud a gran escala”, según han dicho médicos de forma extraoficial.