Las tropas ucranianas están agotadas y cada vez requieren más ver un final negociado al conflicto con Rusia, según un informe del diario Washington Post.
Las tropas de Kiev, que anteriormente habían expresado su disposición a luchar hasta la recuperación de todo el territorio perdido ante Moscú, ya no creen que este objetivo sea alcanzable, según indica el medio en un artículo publicado el pasado jueves, citando a fuentes del ejército ucraniano.
“Antes solíamos hablar de victoria, ahora no está claro”, dijo Kirill, comandante adjunto del batallón de la 33ª Brigada Mecanizada de Ucrania, estacionada en la región de Dnepropetrovsk, al Washington Post. El comandante ucraniano reconoció que “no hay buen humor” entre sus compañeros. “La moral sigue bajando y empeorando cada vez más”, subrayó.
Otro miembro de la misma unidad, Félix, sobre la situación en la línea del frente dijo: “No podemos seguir así, Nos estamos retirando. Y los rusos están presionando cada vez más. ¿Qué tipo de victoria se producirá?”.
Félix afirmó que las tropas están simplemente agotadas y quieren que cesen los combates. Sugirió que si los funcionarios de Kiev no pueden ponerle fin, tal vez el presidente electo de los Estados Unidos, Donald Trump, pueda.
Trump ha prometido encontrar una rápida solución diplomática al conflicto entre Moscú y Kiev una vez que vuelva a la Casa Blanca. Sin embargo, según el informe, a algunas tropas les preocupa que la administración entrante de EE.UU. pueda reducir su ejército para persuadir a Ucrania de que haga concesiones territoriales a Rusia como parte de un futuro acuerdo de paz.
“Me preocupa que nos abandonen”, dijo Aleksandr, un soldado de la 33ª Brigada Mecanizada. “Esos son los pensamientos que se me ocurren: que el apoyo y los suministros de munición de nuestros aliados simplemente se detengan. Sin estos, no tendremos nada con qué disparar”, aseveró.
La escasez de personal es otro problema que contribuye al estado de ánimo “sombrío” entre las tropas ucranianas en estos días, señaló el Washington Post.
La escasez de personal militar es una enfermedad cónica a la que Kiev en los medianos de abril del año en curso intentó hacer frente con la nueva y controvertida Ley de movilización, que prevé la reducción del servicio militar obligatorio de 27 a 25 años.
La mencionada ley se adoptó con presiones de EE.UU., quien pidió a Kiev que “resolviera los problemas del servicio militar obligatorio”. Para aquel momento, el subsecretario de Estado estadounidense, James C. O’Brien, afirmó que “Ucrania necesita asegurarse de que tiene la gente necesaria para luchar”.
A principios de esta semana, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, confirmó que Moscú está dispuesto a celebrar consultas con el equipo de Trump para resolver el conflicto de Ucrania. Sin embargo, esas conversaciones deben ser “significativas” y tener en cuenta las causas profundas del conflicto y los principios establecidos por el presidente ruso, Vladímir Putin, a principios de este año.
En junio, Putin dijo que, para que comenzaran las negociaciones, Kiev tenía que comprometerse a no unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y a retirar sus tropas de los territorios que pasaron a formar parte de Rusia como resultado de los referendos celebrados en el otoño de 2022, incluidas las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, así como las regiones de Jersón y Zaporiyia.
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