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El presidente bielorruso destacó las persecuciones de Kiev contra la población rusoparlante antes del conflicto armado y se preguntó cómo actuaría Washington si los estadounidenses sufrieran el mismo trato.
El presidente de Bielorrusia, Alexánder Lukashenko, habló este domingo sobre el inicio del conflicto en Ucrania y se preguntó cómo actuaría EE.UU. si México tomara contra ciudadanos estadounidenses acciones similares a las persecuciones de Kiev contra la población rusoparlante.
Al expresarse sobre el conflicto, el mandatario se preguntó por qué en Ucrania “mataron a gente rusa”. “¿Por qué perseguían a aquellos que hablaban ruso? ¿Por qué? ¿Quieren que todos hablen ucraniano? Bueno, el tiempo, poco a poco, poco a poco [traería este resultado]…”, afirmó durante una rueda de prensa.
En aquellas circunstancias, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, se encontraba bajo presión, afirmó Lukashenko. “[Le preguntaban:] ‘¿Por qué no protege a los suyos? ¿Por qué no puede proteger a los rusos en Donbass, en Crimea, allí y en Odesa?’ Hablamos de estos problemas con él”, señaló.
Y sí, a menudo pongo de ejemplo: si empezaran a matar y acosar a estadounidenses en México de esta manera, ¿cómo reaccionaría Trump? Bueno eso es solo un ejemplo, ya no hablo de otras cosas
En el marco de la misma rueda de prensa, Lukashenko recordó que su país trabajó en Lituania y fue fuente de un 30 % del presupuesto estatal lituano. Tras ello, Bielorrusia compró una parte de la infraestructura portuaria en el país, pero luego Lituania se hizo con el control.
“Dios no quiera que los mexicanos o los canadienses hicieran lo mismo, Estados Unidos les enviaría las tropas“, sostuvo, agregando que Bielorrusia, en cambio, está “viendo y tratando con paciencia” la cuestión portuaria.
Cabe recordar que antes del inicio del conflicto y ya durante las hostilidades, la población rusohablante fue objetivo de persecución por parte de las autoridades ucranianas. Uno de los acontecimientos más trágicos fue la masacre de los manifestantes pacíficos que el 2 de mayo de 2014 fueron calcinados y rematados por neonazis ucranianos en la Casa de los Sindicatos de la ciudad de Odesa, solo porque estaban en contra del golpe de Estado en Ucrania y de las políticas nacionalistas de las nuevas autoridades de Kiev. Al menos 48 personas murieron entre las llamas o por inhalación de humo, después de que los nacionalistas ucranianos prendieran fuego a la Casa de los Sindicatos, donde los protestantes pretendían protegerse de su violencia tras enfrentamientos en la calle.