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Axel Rudakubana, de 18 años, fue sentenciado a 52 años de cárcel en lo que un juez llamó “el crimen más extremo, impactante y excepcionalmente grave”.
El joven que mató a puñaladas a tres niñas en una clase de baile en Inglaterra, Reino Unido, en julio del año pasado, afirmó estar “contento” que los menores estuviesen muertos, recogen medios locales.
Durante la audiencia de la sentencia de Axel Rudakubana, de 18 años, en el Tribunal de la Corona de Liverpool, la fiscal Deanna Heer relató que el acusado se había jactado del ataque poco después de ser arrestado, lanzando “comentarios no solicitados” que han sido registrados en las cámaras de seguridad o fueron anotados.
“Estoy contento que esos niños estén muertos. Me hace feliz”, “No me importa, me siento neutral“, “Es algo bueno que esos niños estén muertos. Literalmente, es una cosa muy buena”, son algunas de las frases dichas por el acusado.
Rudakubana, que en el momento del ataque tenía 17 años, fue sentenciado este jueves a 52 años de cárcel, en lo que el juez Julien Goose llamó “el crimen más extremo, impactante y excepcionalmente grave”.
El magistrado explicó que no podía imponer una sentencia de cadena perpetua sin libertad condicional, porque Rudakubana era menor de edad cuando cometió el crimen.
El lunes, el acusado se declaró culpable de los 16 delitos que enfrentaba, entre ellos el asesinato de las menores, intento de asesinato de otros ocho niños, posesión de un cuchillo, producción de la toxina biológica ricina y de posesión de un documento que contenía material de Al Qaeda.
El ataque no fue declarado un incidente terrorista, ya que no se “descubrió ninguna ideología” durante las investigaciones.
“No hay pruebas de que perteneciera a ninguna ideología política o religiosa en particular; no luchaba por una causa. Su único objetivo era matar, y se dirigía a los más jóvenes, a los más vulnerables, para sembrar el mayor miedo y la mayor indignación posible, y lo consiguió”, afirmó Heer.