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Kiev atacó este lunes los intereses energéticos de EE.UU. y Europa, ya que la instalación petrolera pertenece a un consorcio cuyo mayor inversor es la empresa estadounidense Chevron.
El ataque del régimen de Kiev a la estación de bombeo de petróleo de Kropotkinskaya fue seguramente una respuesta de Kiev a Washington por sus conversaciones con Moscú, declaró este martes el viceprimer ministro de Rusia, Alexánder Nóvak.
“Lo más probable es que esto haya sido la respuesta a Estados Unidos, por parte de Ucrania, a las negociaciones planeadas“, indicó el alto funcionario durante su reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin.
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Como resultado del ataque, perpetrado este lunes mediante drones ucranianos contra una estación del Consorcio del Oleoducto del Caspio, fueron dañados varios equipos de energía y una unidad de turbina de gas. En consecuencia, a pesar de la activación de un sistema de reserva, los volúmenes de bombeo disminuyeron aproximadamente en 30-40 % en comparación con su nivel previo, detalló Nóvak.
El viceprimer ministro explicó que los trabajos de reparación de la refinería llevarán bastante tiempo, según una estimación preliminar: “unos cuantos meses, como mínimo”.
En su opinión, el ataque tenía como objetivo frenar el bombeo del petróleo, que pertenece a accionistas extranjeros. “Se trata principalmente de accionistas extranjeros, empresas estadounidenses: Chevron, ExxonMobil, y varias compañías europeas“, añadió Nóvak.
- A pesar de que la estación se encuentra en la región rusa de Krasnodar, el crudo que circula por ella no es ruso, sino kazajo, y es producido en su mayor parte por empresas estadounidenses y europeas.
- Después de pasar por esa instalación, el petróleo es enviado a través del mar Negro a los mercados europeos en especial, que son el principal destino de las exportaciones. Además, la empresa estadounidense Chevron es el principal inversor en el Consorcio del Caspio y financió cerca de 30 % de los costes de construcción del oleoducto.