La frontera entre Panamá y Colombia continúa siendo un punto neurálgico para el fenómeno de la migración irregular en la región latinoamericana.
aunque momentáneamente parece haber disminuido con las medidas de “mano dura” aplicadas por el gobierno panameño, desde el país centroamericano analizan los distintos impactos que va dejando esta crisis sobre la sociedad local.
Aunque las cifras oficiales plantean una disminución del 31% respecto a 2023 en la cantidad de personas que han atravesado la frontera entre Panamá y Colombia en lo que va del año, en parte debido a las políticas de mano dura implementadas por el gobierno actual, en el país centroamericano persisten los cuestionamientos hacia la efectividad que tendrían estas medidas a largo plazo.
Durante el último mes Panamá deportó a más de 430 personas en 11 vuelos financiados por los Estados Unidos como parte del acuerdo firmado entre ambos países desde julio pasado y que tiene como objetivo reducir la migración irregular en la región.
Pero esta problemática muestra otras particularidades que han venido siendo analizadas por distintos especialistas a nivel local, como el impacto en las dinámicas sociales dentro de las comunidades afectadas por este fenómeno.
O la propia predisposición de los panameños para migrar que, según estudios actuales, rondaría el 21% de la población, principalmente jóvenes y profesionales de zonas urbanas.
John Alonso, Ciudad de Panamá.
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