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Sin embargo, es poco probable que lance hostilidades a gran escala, según funcionarios y expertos estadounidenses.
Corea del Norte podría emprender alguna forma de acciones militares letales contra Corea del Sur en los próximos meses, informó este jueves The New York Times al citar a funcionarios y expertos estadounidenses.
De acuerdo con los representantes de la administración Biden, las últimas declaraciones que el líder norcoreano, Kim Jong-un, dirigió hacia Seúl fueron más agresivas y deben ser tomadas en serio. Además, destacaron que pese a que no perciben un riesgo inminente de hostilidades a gran escala, Pionyang podría realizar ataques de tal manera que, en su opinión, evite una escalada rápida. Jon Finer, viceasesor de Seguridad Nacional de EE.UU., afirmó que Corea del Norte ha optado por seguir “un camino muy negativo”.
“Las declaraciones y los cambios en la política son parte de una estrategia más amplia dirigida a desestabilizar [la situación] y generar ansiedad”, afirmó Jean Lee, investigadora del Centro Oriente-Occidente en la ciudad estadounidense de Honolulu. Agregó que Pionyang puede emprender acciones militares en el mar Amarillo, donde están situadas varias islas que pertenecen a Corea del Sur, y recordó el bombardeo de una de esas islas por parte de tropas norcoreanas en 2010.
Por su parte, Daniel Russel, quien fue un alto funcionario del Departamento de Estado de EE.UU. encargado de Asia, opinó que la eventual escala del ataque podría superar mucho a la de 2010. “Tenemos que prepararnos para la perspectiva de que Kim haga una acción cinética impactante”, aseveró.
Agudización de tensiones
A finales de diciembre, Kim Jong-un sostuvo que “la unificación con Corea del Sur no podrá lograrse en ningún momento”, e instó a “seguir acelerando los preparativos para apaciguar todo el territorio de Corea del Sur” en caso de una escalada imprevista de confrontación militar con Washington y Seúl.
Luego, en enero, las autoridades norcoreanas tomaron una serie de medidas para romper comunicaciones con Seúl. En particular, decidieron cerrar el acceso a Pyongyang Radio en Corea del Sur y reajustar todas las organizaciones intercoreanas creadas con el fin de mejorar las relaciones y alcanzar la reunificación pacífica de ambas naciones.
Además, la semana pasada el líder norcoreano pidió reformar la Constitución de Corea del Norte para definir a su vecino del sur como el “país hostil número 1” y promulgar el compromiso de “ocupar completamente” el territorio surcoreano en caso de guerra entre ambas naciones.