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El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el jueves que el arma fue probada contra un complejo ucraniano en respuesta al uso por Kiev de misiles occidentales contra Rusia.
Kiev no tiene el modo de hacer frente al novedoso misil balístico ruso de medio alcance Oréshnik, cuya exitosa prueba contra un complejo ucraniano en Dnepropetrovsk fue anunciada el jueves por el presidente ruso, Vladímir Putin, informa The New York Times.
Aunque otros misiles rusos —como el Iskander y el J-101— también pueden portar armas nucleares, el uso de Oréshnik es “alarmante”, no solo por su alcance, sino también por su capacidad de disparar múltiples ojivas nucleares cuando reingresa a la atmósfera terrestre, explica Tom Karako, director del proyecto de defensa contra misiles en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales en Washington.
Debido a tal tecnología, Oréshnik es difícil, si no casi imposible de interceptar. “Es una señal bastante aguda” para Ucrania y Europa, observó Karako.
Al mismo tiempo, Iván Kirichevski, analista militar de la agencia consultora ucraniana Defense Express, comentó que Kiev no tiene radares capaces de detectar este tipo de misiles en vuelo a través de la atmósfera superior, ni tampoco sistemas de defensa aérea capaces de derribarlos.
Este jueves, el presidente ruso reveló que este tipo de misil alcanza objetivos a una velocidad de Mach 10, es decir, de 2,5 a 3 kilómetros por segundo. “Los modernos sistemas de defensa aérea disponibles en el mundo y el sistema de defensa antimisiles creado por los estadounidenses en Europa no interceptan estos misiles. Esto es imposible”, recalcó.