Mientras 783 millones de personas padecían hambre y un tercio de la humanidad atravesaba una situación de inseguridad alimentaria, los hogares de todos los continentes desperdiciaron el equivalente a más de 1.000 millones de comidas cada día durante 2022, de acuerdo a un informe de la ONU y del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma).
LEA TAMBIÉN:
OCHA: palestinos afrontan inseguridad alimentaria en Gaza
El texto presentado por el organismo internacional indicó que el desperdicio de alimentos sigue perjudicando la economía mundial y exacerbando el cambio climático, la pérdida de naturaleza y la contaminación.
Entre tanto, al indicar que en 2022 se generaron 1.050 millones de toneladas de desperdicios alimentarios (incluidos los restos no comestibles), la ONU precisa que esto supone 132 kilogramos por persona y aproximadamente, una quinta parte de todos los alimentos disponibles para el consumo humano.
“Del total de alimentos desperdiciados en 2022, el 60 por ciento se desechó desde los hogares, mientras que el 28 por ciento correspondió a los proveedores de servicios alimentarios y el 12 por ciento al comercio minorista”, indicó el texto.
Entre tanto, la directora ejecutiva del Pnuma, Inger Andersen manifestó que el desperdicio de alimentos es una tragedia mundial. “Millones de personas pasarán hambre hoy debido al desperdicio de alimentos en todo el mundo”, dijo.
Para el ente internacional, el desperdicio de alimentos no es sólo un problema de los llamados países ricos, “ya que los niveles de desperdicio de alimentos en los hogares difieren en apenas 7 kg per cápita con respecto al promedio observado para los países de ingreso alto, medio-alto y medio-bajo”.
En este sentido, en los países más calurosos se tienden a desperdiciar más alimentos por habitante a nivel de los hogares, lo que, según el organismo puede deberse a un mayor consumo de alimentos frescos con gran cantidad de partes no comestibles y a la falta de cadenas de frío fiables.
En este contexto en 2022, solo 21 países habían incluido la pérdida de alimentos y/o la reducción de desechos en sus planes climáticos nacionales.