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Uno de los afectados dijo que sintió como si alguien lo estuviera apuñalando en el oído.
Varias personas que viajaban en un avión de Delta el pasado domingo sufrieron hemorragias nasales y roturas de tímpano durante un vuelo interno en Estados Unidos con destino a Portland, que experimentó problemas de presurización en la cabina, informan medios locales.
A una altura de más de 3.000 metros y poco tiempo después del despegue, el Boeing 737-900 comenzó a presentar problemas de presión en la cabina. Jaclyn Blain, una de las personas afectadas, declaró al canal KSL que era “como si el motor [en referencia a ambos motores] se hubiera apagado, como si simplemente se hubiera quedado en silencio”.
Al mismo tiempo, los pasajeros del vuelo 1203 notaron que sus oídos empezaron a chirriar. De acuerdo con Blain, varias personas tuvieron dolores de cabeza e incluso vértigo y “había un bebé en primera clase que no paraba de gritar“.
Jaci Purser, otra pasajera, relató: “Me agarré la oreja, retiré la mano y había sangre en ella”. Según el medio, Purser describió que “sintió como si alguien la estuviera apuñalando en el oído”.
Tras varios minutos de confusión, los tripulantes de cabina informaron que el avión retornaría a su punto de origen, el Aeropuerto Internacional de Salt Lake City, donde al menos 10 personas tuvieron que ser trasladadas a un centro hospitalario.
La aerolínea emitió un comunicado, disculpándose con sus pasajeros por las fallas que experimentaron durante el vuelo, en el que había 140 personas, y aseguró que “la seguridad de sus clientes y empleados sigue siendo su máxima prioridad”.
Delta también informó que los técnicos lograron solucionar el problema de la aeronave, que fue “retirada de servicio en la mañana del 15 de septiembre y volvió a estar en funcionamiento el 16 de septiembre”.