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Según una nueva investigación de CBS News, el precio de las armas alcanza hasta diez veces más su valor.
Decenas de altos cargos de la Policía estadounidense compran y venden ilegalmente armas de fuego en varias partes del país. Muchas de ellas terminaron en manos de delincuentes peligrosos que cometieron graves delitos, revela una investigación de CBS News.
Según el reporte, ametralladoras de uso militar, rifles de cañón corto y artefactos explosivos como granadas que estaban bajo jurisdicción de sheriffs, capitanes o jefes policiales fueron comercializadas durante años en 23 estados de EE.UU., Puerto Rico y Washington D.C.
El precio de las armas alcanzó hasta diez veces más su valor, y entre los compradores figuran aficionados y delincuentes que las utilizaron para el tráfico de las mismas, contrabando de drogas, y en un caso, en el tiroteo mortal de un menor de 14 años que asistía a un partido de fútbol.
La revisión de auditorías gubernamentales y registros judiciales durante los últimos 20 años descubrió al menos 50 casos de policías implicados en el comercio ilícito de armas.
Un caso reciente terminó con una sentencia de cinco años de prisión para el jefe de Policía de la ciudad de Adair, Bradley Wendt, que utilizó su cargo para solicitar 90 ametralladoras y luego venderlas para su beneficio personal. “Si soy culpable de esto, todos los policías del país irán a la cárcel”, dijo Wendt a CBS News antes de su condena, exponiendo la corrupción que existiría al respecto a nivel nacional.