El presidente de Corea del Sur pide disculpas y asume la responsabilidad jurídica y política por su ley marcial, mientras está en curso una moción de destitución.
“Lo siento mucho y pido disculpas sinceras a las personas que puedan haberse sorprendido. No eludiré la cuestión de la responsabilidad jurídica y política en relación con la declaración de la ley marcial”, ha lamentado este sábado Yoon Suk Yeol en un escueto discurso dirigido al pueblo surcoreano, al que ha asegurado que “nunca habrá una segunda ley marcial”.
Ha explicado que la desesperación le había empujado a dictar la controvertida ley y ha delegado a su partido elaborar un plan para cómo estabilizar la situación política, incluido su mandato.
El jefe de Estado ha hecho este pronunciamiento mientras se espera que este sábado a las 10.00 de la mañana (hora local en Seúl), el Parlamento vote la moción de censura presentada por la oposición para destituirlo.
Entretanto, el líder del Partido del Poder Popular, formación a la que pertenece el presidente, Han Dong Hoon, ha declarado que la “renuncia anticipada” del presidente es algo “inevitable”. “Discutiremos y consideraremos la mejor manera para Corea y su pueblo en el futuro”, ha subrayado.
Igualmente, ha enfatizado que Corea de Sur vive una situación en la que es imposible para el presidente “desempeñar sus funciones normalmente”.
En este contexto, el líder de opositor, Lee Jae Myung, ha calificado de “decepcionado” las declaraciones del presidente, destacando que “no se ajusta en absoluto a las expectativas del público y aumenta aún más la sensación de traición y enojo entre la gente”.
También, ha recalcado que no hay otra manera de resolver esta situación que “la renuncia inmediata del presidente o su renuncia anticipada mediante un juicio político”.
Además, ha exigido que el presidente Yoon debe ser investigado en su estado actual y, si es necesario, arrestado, detenido, procesado y sancionado.
El martes, Yoon anunció la ley marcial para “salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas de las fuerzas comunistas norcoreanas y eliminar los elementos antiestatales”, pero tras ser rechazada por el Parlamento y los manifestantes, anuló el decreto.
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