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Los empleados del Gobierno estadounidense deben presentar un informe sobre su trabajo o renunciar a sus puestos, según las últimas reglas del empresario Elon Musk.
En una concentración contra el Departamento de Eficiencia Gubernamental de EE.UU. (DOGE) frente al Capitolio de EE.UU., una funcionaria pronunció un discurso el lunes sobre lo inaceptable que resulta exigir responsabilidades a los empleados públicos porque los hace sentirse asustados y amenazados.
“¿Qué tan aterrador es que alguien en X, el dueño de X, te hable directamente para decirte, ¿qué hiciste la semana pasada en el trabajo? Y si no contestas, te despediré”, comunica. “Pero aún más atroz, aparece el presidente, la persona más poderosa del mundo, y aprueba ese mensaje. ¿Cómo crees que les hace sentir eso a los trabajadores federales?”, exclama.
Los usuarios de X reaccionaron a su vez al discurso de la manifestante en comentarios a la publicación: “A mis impuestos no les importan sus sentimientos”, o “El discurso de esta manifestante bien podría ser una actuación de stand-up comedy. Es así de ridículo”.
El jefe de facto del DOGE, Elon Musk, lanzó el 22 de febrero un ultimátum a los empleados del Gobierno estadounidense, según el cual los funcionarios tendrán que presentar un informe sobre su labor realizada durante la semana o renunciar a sus puestos de trabajo.

La medida forma parte de las nuevas políticas de Trump, impulsadas por el DOGE, para eliminar miles de puestos de trabajo considerados innecesarios y reducir el gasto público.
La iniciativa causó un gran descontento entre los empleados de las agencias federales. Los jefes del FBI y del Departamento de Estado aconsejaron a sus empleados que se abstuvieran de responder inmediatamente a la petición de Musk. En algunos casos, empleados clave que fueron despedidos tuvieron que ser recontratados porque eso alteraba gravemente los procesos de trabajo.
Además, el 23 de febrero, la Administración de Trump anunció que enviaba a todo el personal de la agencia de EE.UU. para el desarrollo internacional (USAID) en vacaciones administrativas pagadas, excepto a los gerentes y al personal clave, y que eliminaba 1.600 puestos en el país.