El presidente de Rusia ha asegurado este viernes a su homólogo de EE.UU. que garantizará la vida de militares de Ucrania, si deponen las armas y se rinden.
“Si los soldados ucranianos en la provincia de Kursk se rinden, se les perdonará la vida”, ha declarado el presidente ruso, Vladímir Putin, en una reunión con los miembros permanentes del Consejo de Seguridad del país.
Putin ha manifestado que, “en caso de que depongan las armas y se rindan [los ucranianos], se les garantizará la vida y un trato digno, de conformidad con las normas del derecho internacional y las leyes de la Federación de Rusia”.
Esta misma jornada, el presidente de EE.UU., Donald Trump, en aparente alusión a los avances de las fuerzas rusas en la provincia de Kursk, ha expresado que “miles de militares ucranianos están completamente rodeados por el Ejército ruso” y se encuentran en “una situación terrible y vulnerable”.
“He solicitado encarecidamente al presidente [ruso Vladímir] Putin que les perdone la vida”, ha descrito en su red social Truth Social.
En esta línea, Putin ha remarcado que “para implementar eficazmente el llamamiento” del inquilino de la Casa Blanca, “es necesaria la orden correspondiente del liderazgo político-militar de Ucrania para que sus unidades militares depongan las armas y se rindan”.
“Llamamos la atención sobre el hecho de que militantes ucranianos cometieron numerosos crímenes contra la población civil en la zona de invasión. Estos actos, como ya he dicho, están clasificados por la Fiscalía General de la Federación Rusa como terrorismo. Al mismo tiempo, entendemos el llamado del presidente Trump a guiarnos por consideraciones humanitarias en relación con estos militares”, ha señalado el líder ruso.
El miércoles, el presidente ruso celebró una reunión con mandos militares en uno de los puntos de control de la agrupación de tropas de Kursk.
Allí Putin advirtió que Rusia tratará como terroristas a los militares ucranianos capturados en la región. “Todas las personas que se encuentran en el territorio de la provincia de Kursk, que cometen aquí crímenes contra la población civil, que se oponen a nuestras Fuerzas Armadas, a las fuerzas del orden y a los servicios especiales, son terroristas”, subrayó.
Recordó también que los mercenarios extranjeros no están protegidos por el Convenio de Ginebra de 1949, que refiere al trato debido a los prisioneros de guerra.
La ofensiva de Kursk, lanzada en agosto, fue calificada por los expertos como “la apuesta de Zelensky” para luego utilizarla como una moneda de cambio en las negociaciones con Rusia y obtener un renovado apoyo mundial.
Según informes, el Ejército ucraniano se ha visto obligado a retirarse de muchas zonas de Kursk después de sufrir grandes bajas.
La visita de Putin se produjo un día después de que delegaciones estadounidenses y ucranianas se reunieran en la ciudad saudí de Yeda para negociar la paz en Ucrania. Tras las conversaciones, Kiev expresó su disposición a aceptar la propuesta de EE.UU. de un alto el fuego de 30 días, a cambio de recuperar la ayuda militar y el intercambio de inteligencia estadounidenses a Ucrania.
Ahora, Estados Unidos está negociando con para aceptar, por su parte, el acuerdo e implementar la tregua.
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