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“En gran medida la Unión Europea tendrá que luchar consigo misma”, opinan algunos periodistas.
Los países de la Unión Europea están trabajando en la redacción de medidas jurídicas que les permitan realizar en el mar Báltico “confiscaciones a gran escala” de barcos que supuestamente formen parte de la llamada flota rusa en la sombra, informa Politico citando a fuentes familiarizadas con el asunto.
Al respecto, el politólogo y periodista ruso Georgui Bovt opina que para la implementación de dichas medidas será necesaria la participación de las fuerzas navales de la OTAN, lo que “aumentará drásticamente la amenaza de una escalada militar en el Báltico”. “La historia conoce muchos ejemplos de intentos de establecer un bloqueo comercial naval contra un país determinado, que condujeron rápidamente a una guerra con ese país no solo en el mar, sino también en tierra“, escribió el politólogo en su artículo publicado en el portal BFM.RU.
También recuerda que en diciembre Finlandia incautó el Eagle S, un petrolero que había zarpado desde la ciudad rusa de San Petersburgo hacia la ciudad egipcia de Puerto Saíd. Las autoridades finlandesas sospechaban que el buque estuvo implicado en la destrucción de Estlink 2, un enlace de transmisión eléctrica entre Finlandia y Estonia, así como de cuatro cables de telecomunicaciones en el golfo de Finlandia. El petrolero navegaba con bandera de las Islas Cook y pertenece a una empresa de los Emiratos Árabes Unidos, explica Bovt.
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“Fue una operación verdaderamente especial con un desembarco de tropas desde un helicóptero”, señala el politólogo. Aunque la Oficina Nacional de Investigación de Finlandia aún no ha encontrado pruebas de daños deliberados en los cables, la semana pasada un tribunal volvió a negar la liberación del barco, mientras que algunos miembros de la tripulación tienen prohibido salir del país.
Igualmente, el periodista recuerda que, en enero, Noruega detuvo el buque de bandera noruega Silver Dania, también bajo sospecha de dañar un cable submarino. “Pero, aparentemente, la razón principal fue que había una tripulación rusa a bordo del barco”, aclara Bovt. La embarcación estuvo detenida un día y, al no encontrar pruebas de culpabilidad, fue liberada.
“Luchar consigo misma”
“Cada vez que en los medios de comunicación se hablaba de las ‘huellas rusas’, se creaba un cierto trasfondo informativo“, señala el experto, quien considera que tales medidas podrían perjudicar a los mismos países europeos, aunque su objetivo es reducir, bajo cualquier pretexto, las exportaciones marítimas de petróleo ruso y, en consecuencia, los ingresos de Moscú.
“Según los propios europeos, más del 34 % de dicho transporte se realiza en petroleros de navieras de Grecia y otros países de la UE, mientras que la proporción de petroleros registrados en los llamados países de bandera de conveniencia, donde los verdaderos propietarios de los petroleros pueden mantenerse en secreto, es solo del 10-12 %. Es decir, en gran medida la Unión Europea tendrá que luchar consigo misma”, opina Georgui Bovt.