El ataque ucraniano fracasó, con grandes pérdidas para ellos. Sin embargo, como consecuencia de esta “bárbara” agresión, murieron 2 civiles y 24, entre ellos 6 niños, resultaron heridos.
Hasta 1.000 combatientes de las tropas del régimen de Kiev emprendieron este martes un intento de incursión fronteriza con el fin de apoderarse de una parte del territorio de la provincia rusa de Kursk. Las fuerzas rusas lograron impedir el avance de los ucranianos y eliminaron un gran número de efectivos y equipos bélicos tanto en el territorio de la provincia como en el de la región ucraniana de Sumy, fronteriza con Kursk.
Este miércoles, en una reunión encabezada por el presidente ruso, Vladímir Putin, el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerásimov, informó que las pérdidas de Kiev durante su maniobra ascendieron a 315 personas, de las cuales al menos 100 han muerto y 215 han resultado heridas. Además, 54 vehículos blindados fueron destruidos, incluidos siete tanques.
El alto cargo militar precisó que, gracias a las acciones de las unidades que cubren la frontera estatal, los guardias fronterizos y unidades de refuerzo, así como los ataques aéreos, las fuerzas de misiles y el fuego de artillería, el enemigo quedó sin posibilidades de internarse en territorio ruso.
Cabe señalar que la mañana del miércoles aparecieron reportes de que las tropas de Kiev supuestamente habían tomado el control de la ciudad fronteriza de Sudzha. Sin embargo, en una conversación con RT, el jefe de la localidad, Vitali Slashchev, lo desmintió. “Todo es normal, todo está bien, todo está en nuestro poder“, dijo. Al mismo tiempo, en declaraciones a RIA Novosti, señaló que la situación en la ciudad es “muy tensa”.
De acuerdo con el gobernador interino de Kursk, Alexéi Smirnov, la provincia “sigue enfrentándose a una difícil situación operativa en las zonas fronterizas”. “Con el fin de eliminar las consecuencias de la penetración de fuerzas enemigas en el territorio de la región, he decidido introducir una situación de emergencia en la región de Kursk a partir del 7 de agosto”, escribió en un comunicado.
“Ataques indiscriminados” contra civiles y ambulancias
Como consecuencia de la agresión ucraniana resultaron heridos 31 civiles, entre ellos 6 niños. Además, un ataque con drones contra una ambulancia mató a un paramédico y al conductor.
Putin acusó a los ucranianos de “disparar indiscriminadamente contra civiles”. “El régimen de Kiev ha emprendido otra provocación a gran escala, disparando indiscriminadamente con diversos tipos de armas, incluidos cohetes, contra edificios civiles, viviendas residenciales y ambulancias“, dijo el mandatario en una reunión con los miembros del Gobierno, añadiendo que ya se han dado instrucciones a una serie de organismos civiles para que presten la ayuda necesaria a la población de la provincia.
Por su parte, la Cancillería rusa tachó de “bárbaro” el ataque, subrayando que “los neonazis ucranianos cometen sangrientos actos terroristas contra la población civil” para “demostrar al menos cierta apariencia de actividad en el contexto de sus constantes fracasos” en el campo de batalla.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, María Zajárova, indicó que “todos estos sangrientos crímenes se producen en un contexto de cínico silencio por parte de Occidente“. “Todo ello solo refuerza la sensación de impunidad de los neonazis ucranianos, seguros de que pueden salir impunes de cualquier atrocidad”, declaró, instando a la comunidad internacional a “no quedarse de brazos cruzados y condenar resueltamente estas acciones criminales”.
Además, el ataque ucraniano causó daños en muchas viviendas y otras instalaciones de varias localidades de la provincia, entre ellas la iglesia del Monasterio Masculino de San Nicolás en Gornal.
La misión de Rusia ante la Organización de la ONU para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) calificó el impacto en el monasterio de “otra violación flagrante por parte de Ucrania de sus obligaciones internacionales en virtud de la Convención para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado de 1954″. En este contexto, instó a la directora general de la organización, Audrey Azoulay, a “alzar su voz en defensa de los bienes culturales de Rusia y condenar las acciones criminales de Kiev”.
Provincias ofrecen su ayuda
Mientras tanto, las autoridades de otras provincias rusas ya han expresado su solidaridad con Kursk y han ofrecido su ayuda. El alcalde de Moscú, Serguéi Sobiánin, anunció el envío de médicos de la capital. “Proporcionaremos toda la asistencia médica necesaria. Estamos dispuestos a recibir a los heridos en Moscú para su tratamiento”, afirmó.
El gobernador de Bélgorod, Viacheslav Gladkov, escribió en sus redes sociales: “La provincia de Bélgorod, como ninguna otra, comprende cómo es la agresión de Ucrania: la crueldad y el cinismo de los ataques, la destrucción y la muerte de civiles y niños. […] Estamos dispuestos a ayudar y a hacer todo lo que dependa de nosotros”.
Por su parte, el jefe de la provincia de Smolensk, Vasili Anojin, comunicó que como resultado de una conversación con el gobernador interino de Kursk, Alexéi Smirnov, se acordó que Smolensk “acogerá a los niños evacuados de las zonas fronterizas, creará para ellos unas condiciones de alojamiento confortables y les proporcionará todo lo que necesiten”.
Además, entre las provincias que han ofrecido su ayuda a la población de Kursk figuran Tula, Krasnodar, Astracán, Irkutsk y Samara, entre otras.