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La juventud universitaria jugó un papel destacado en la lucha contra el régimen de Anastasio Somoza.
Con la colocación de una ofrenda floral, consignas, marchas y música, jóvenes estudiantes de universidades públicas de Nicaragua rindieron homenaje a los líderes estudiantiles Casimiro Sotelo, Hugo Medina, Roberto Amaya y Edmundo Pérez, quienes fueron asesinados por la Guardia Nacional de Anastasio Somoza Debayle el 4 de noviembre de 1967.
En la actividad, los participantes depositaron flores como muestra de respeto ante un busto de Sotelo, quien ejerciera como secretario general del Frente Estudiantil Revolucionario en la década de 1960 mientras cursaba estudios superiores en la antigua Universidad Centroamericana, hoy honrada con su nombre.
Alcanzó notoriedad pública al exigir al régimen en una rueda de prensa la entrega de los restos del general Augusto César Sandino, asesinado en 1934 en el contexto de una emboscada organizada por la dictadura de Anastasio Somoza García.
Estaba vinculado con el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) desde finales de la década de 1950, y al momento de su muerte, participaba activamente de protestas estudiantiles antigubernamentales.
Aunque no fue capturado por demandar la entrega del cadáver de Sandino, el somocismo no dejó pasar la afrenta y posteriormente lo detuvo en compañía de Medina, Amaya y Pérez. Los mataron a balazos en el barrio Monseñor Lezcano de Managua.
Para los sandinistas, la figura de Casimiro Sotelo es sinónimo de liderazgo y valentía en un entorno particularmente opresivo y en un tiempo donde jóvenes estudiantes constituían la vanguardia en la lucha contra la opresión.
