Las fuerzas rusas avanzan en Kursk, empujando a Ucrania. Moscú y Kiev consideran una tregua propuesta por EE.UU., buscando aliviar tensiones en el conflicto.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin, ha asegurado este miércoles, que las fuerzas armadas de su país están completando la derrota de las tropas ucranianas presentes en la provincia de Kursk. Durante una reunión ampliada de la dirección de la fiscalía general, el mandatario ruso ha dado instrucciones de investigar a fondo los crímenes cometidos por los soldados enemigos contra la población civil rusa.
Los avances de las tropas rusas en la línea del frente marchan a la par que las negociaciones indirectas impulsadas por Estados Unidos para alcanzar una solución política al conflicto. Desde el Kremlin acusan a Ucrania de torpedear los esfuerzos para poner fin a la guerra, a propósito de los recientes ataques registrados contra la infraestructura energética rusa.
Los ataques de Kiev contra instalaciones de la infraestructura energética de Rusia acontecen horas después de que Putin y su homólogo estadounidense, Donald Trump, acordaran detener dichos ataques. En rueda de prensa desde Finlandia, el mandatario ucraniano, Volodímir Zelenski, alega que Estados Unidos debería monitorear cualquier posible alto el fuego entre Ucrania y Rusia, centrándose en las instalaciones energéticas.
Según las autoridades rusas, Putin ha mantenido la orden de no atacar objetivos de la infraestructura energética ucraniana a pesar de las provocaciones de Kiev. Ucrania, a su vez, también acusa a Moscú de lanzar ataques aéreos en las últimas horas. En este escenario, una solución inminente al conflicto resulta aún muy incierta.
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