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Desde el país euroasiático señalaron que Haití es, “sin duda, una de las principales víctimas del legado colonial”, y sigue sufriendo las prácticas “neocoloniales” modernas.
La mayor parte del contrabando de armas hacia Haití procede de Florida, EE.UU., y es un hecho que el embargo impuesto por el Consejo de Seguridad de la ONU no detiene ese flujo ilegal, declaró el lunes el representante permanente adjunto de Rusia ante esa organización, Dmitri Polianski.
“La principal ruta para el contrabando de armas hacia la isla es desde Florida, por vía marítima y en avionetas. Ni el embargo de armas impuesto por el Consejo de Seguridad, ni las numerosas peticiones del Grupo de Expertos del Comité de Sanciones del Consejo, están deteniendo ese flujo ilegal. En Washington, simplemente se apartan [de estos llamamientos] como de moscas molestas“, sostuvo Polianski.
Según afirmó, a lo largo de su historia el país caribeño “no ha podido escapar de la injerencia exterior, que le ha costado miles de vidas, décadas de inestabilidad y miles de millones de dólares”. “Haití es sin duda una de las principales víctimas del legado colonial, y sigue sufriendo las prácticas neocoloniales contemporáneas a través de la ‘ingeniería’ del paisaje político del país, las sanciones unilaterales selectivas y la imposición de soluciones externas y no haitianas, como intentan convencernos”, aseguró el representante ruso.
Polianski denunció que “ante el importante deterioro actual de la situación en Haití, Estados Unidos evacuó rápidamente a sus nacionales, al tiempo que reanudó la repatriación de los migrantes haitianos llegados a su país”.
“Obviamente, a los estadounidenses no les interesa su destino, ni el de los millones de personas que permanecen en la isla”, criticó. Además, destacó que hasta ahora la comunidad internacional “no ha dado prioridad a los intereses del pueblo haitiano”, que se ha acostumbrado a “sobrevivir en ausencia de la autoridad del Estado y de los servicios básicos que este debería proporcionar”.
Mientras, el coordinador del Comité Democrático Haitiano en Argentina, Henry Boisrolin, responsabilizó a las naciones occidentales de generar un terrorismo de Estado en Haití a través de las pandillas, para justificar su intervención.