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Las acciones de Moscú apuntarán a los activos de inversores occidentales, precisó el ministro de Finanzas.
Rusia tomará medidas de represalia en respuesta a la expropiación de activos rusos por Occidente, según ha afirmado el ministro de Finanzas del país, Antón Siluánov.
Hablando en entrevista con el canal Rossiya 1 el miércoles, el ministro prometió que Moscú aprovechará los beneficios de los activos congelados de los inversores occidentales en respuesta a las acciones de varios países occidentales.
“Hacemos exactamente lo mismo. Si los países occidentales han decidido utilizar nuestros activos y los ingresos de nuestros activos, la parte rusa también realizará acciones absolutamente adecuadas”, afirmó.
“Por eso también hemos congelado los recursos de los inversores occidentales y de los participantes del mercado financiero, empresas occidentales. Los ingresos de estos activos también serán utilizados”, resaltó el ministro.
En 2022, la Unión Europea, EE.UU., Japón y Canadá congelaron en sus instituciones bancarias unos 300.000 millones de dólares en activos del Banco Central de Rusia, en respuesta a la operación militar especial de Moscú en Ucrania. De esos fondos, aproximadamente 200.000 millones se encuentran en Europa, principalmente en el depositario belga Euroclear.
Euroclear ha estimado que estos activos rusos generaron 5.150 millones de euros (5.400 millones de dólares) en intereses en los tres primeros trimestres de este año fiscal.
El mes pasado, EE.UU. anunció que entregará prestados 20.000 millones de dólares a Ucrania, que se financiarían con interés de los activos ruso congelados. Esto sería parte de la gran iniciativa crediticia por 50.000 millones dólares elaborada por el G7, también garantizados con los beneficios de esos activos. El mismo mes de octubre, la UE aprobó un préstamo de hasta 35.000 millones de euros (38.000 millones de dólares) a Ucrania bajo un esquema igual.
Por su parte, el Fondo Monetario Internacional advirtió que los planes de los países occidentales de usar los activos rusos congelados para ayudar a Ucrania amenazan con socavar el sistema monetario mundial.
