Rusia reivindica la toma de la ciudad minera de Toretsk, en el este de Ucrania, una victoria importante para las tropas rusas tras meses de combates.
“Las operaciones ofensivas (…) permitieron liberar la ciudad de Dzerzhinsk”, indicó el viernes el Ministerio de Defensa de Rusia por medio de un comunicado, usando el nombre ruso para referirse a Toretsk.
De acuerdo con la información facilitada por la Cartera rusa, durante las batallas, las Fuerzas Armadas ucranianas perdieron más de 26 000 combatientes, lo que supone el 70 % de los efectivos de todo el grupo desplegado en la localidad, que sirvió como elemento clave de su defensa.
La nota precisa que las pérdidas diarias de las fuerzas ucranianas ya han ascendido “a una media de 200 soldados muertos y heridos”, y que “fueron destruidos más de 240 tanques y otros vehículos blindados, así como más de 340 piezas de artillería de campaña y morteros”.
El control de Toretsk facilita las operaciones hacia la vecina ciudad de Konstantinivka, que separa a las tropas rusas de su objetivo final en la región, la gran ciudad de Kramatorsk.
El logro lo alcanzaron las fuerzas rusas, pese a que Kiev había reunido una gran cifra de tropas —más de 40 000 soldados— para controlar Dzerzhinsk y otros asentamientos cercanos.
De hecho, la Defensa rusa denunció que Dzerzhinsk fue convertida, como muchas otras ciudades importantes del Donbás, en “un poderoso núcleo fortificado con una desarrollada red de comunicaciones subterráneas”.
Al tomar el control de Dzerzhinsk, según los expertos, el Ejército ruso eliminó el último bastión táctico de las Fuerzas Armadas ucranianas en la dirección de la ciudad clave de Pokrovsk (en el este de Ucrania), que podía resistir a las Fuerzas Armadas rusas.
El conflicto ruso-ucraniano data de 2022, pero se ha intensificado en los últimos meses debido al lanzamiento por parte de Ucrania hacia territorio de Rusia de misiles de largo alcance de los sistemas ATACAMS y Storm Shadows, y las respuestas de la parte rusa con el misil Oréshnik hacia zonas ucranianas.
Ante este escenario de agresividad, respaldado por Occidente y Estados Unidos, Moscú ha reiterado la decisión de defenderse con todos los recursos a su alcance.
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