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El exingeniero fue hallado sin vida con una herida de bala en la cabeza en el interior de su vehículo estacionado en el ‘parking’ de un hotel en la ciudad estadounidense de Charleston.
John Barnett, exingeniero y denunciante de Boeing, no parecía estar mal anímicamente antes de que lo encontraran sin vida con una herida de bala en la cabeza en el interior de su vehículo estacionado en el ‘parking’ de un hotel de Charleston (Carolina del Sur, EE.UU.), informó el jueves New York Post citando fuentes familiarizadas con el asunto.
Según un empleado que trabaja en el hotel donde ocurrieron los hechos, Barnett comió una quesadilla, bebió una Coca-Cola, miró su teléfono y parecía estar bien la víspera del 9 de marzo, cuando tenía que declarar por tercera vez a puerta cerrada en el juicio contra la empresa fabricante de aviones. “No pensé en él en absoluto hasta que me enteré de la noticia al día siguiente. No parecía disgustado en absoluto”, explicó.
Bob Emery, amigo de la familia, comentó que había hablado con él dos semanas antes de su muerte y “parecía muy centrado en lo que estaba haciendo”, en referencia a la demanda, y “no parecía deprimido”, a pesar de la pérdida de su esposa en 2022 a causa de una enfermedad no revelada. “Definitivamente la echaba mucho de menos, pero no creía que se hubiera suicidado por ella”, señaló.
Por su parte, sus abogados dijeron que “John estaba en medio de una declaración en su caso de represalias por denuncia de irregularidades, que finalmente se acercaba al final”. “Estaba de muy buen humor y con muchas ganas de dejar atrás esta fase de su vida y seguir adelante. No vimos ningún indicio de que fuera a quitarse la vida. Nadie puede creerlo”, añadieron.