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El régimen de Kiev pretende movilizar 200.000 hombres antes de finales de año, pero este objetivo es cada vez más difícil de alcanzar, especialmente en un contexto de “creciente fatiga de la guerra”.
En un intento de hacer frente a la grave escasez de personal en el Ejército, las autoridades ucranianas recurren a tácticas de reclutamiento cada vez más “sucias”, sostiene The Times en un nuevo artículo publicado este jueves.
Ucrania cuenta actualmente con alrededor de un millón de soldados movilizados y en servicio activo, y las autoridades pretenden movilizar a otros 200.000 efectivos antes de finales de año. Sin embargo, los interlocutores del periódico señalan que este objetivo es cada vez más difícil de alcanzar, especialmente debido a la “creciente fatiga de la guerra“.
En este contexto, “los esfuerzos por impulsar el reclutamiento se están volviendo cada vez más engañosos, coercitivos y violentos“, afirma el medio. Por ejemplo, uno de sus interlocutores relató que su vecino, técnicamente exento del servicio militar por padecer una enfermedad renal crónica, fue llevado mediante engaños a una oficina de reclutamiento y enviado a un campo de entrenamiento.
The Times también habló con un oficial de reclutamiento de la ciudad de Odesa, quien reveló que su departamento “no moviliza ni el 20% de lo que se necesita“. Según sus palabras, esto se debe a que los hombres simplemente se esconden de los comisarios militares, así como a la corrupción, mala gestión y desilusión dentro de su departamento.
El oficial señaló que los altos cargos del departamento, por su parte, amenazan con enviar a los empleados a primera línea si los resultados de su trabajo de reclutamiento son insuficientes. Añadió que, en este contexto, sus colegas han recurrido a la detención física e ilegal de hombres en la calle, incluidos algunos que deberían estar exentos del servicio militar.
Casi a diario en redes sociales y medios de comunicación proliferan las imágenes de comisarios militares ucranianos ‘movilizando’ a futuros soldados, agarrándolos de pies y brazos en plena calle, sacándolos a rastras de transportes públicos o de sus propias casas.
De acuerdo con el medio, la situación actual muestra un “cambio notable” con respecto al comienzo del conflicto, cuando miles de personas se presentaron para alistarse al Ejército. “Intenté presentarme voluntario [a principios del conflicto], pero me dijeron que no me necesitaban. Y ahora no quiero luchar. Nuestro Gobierno no apoya a los soldados. No tienen equipo adecuado y se olvidan de ellos si resultan heridos“, explicó un hombre.
