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“El Ejército simplemente huye”, revela el periodista ucraniano Vladímir Boiko.
El líder del régimen ucraniano, Vladímir Zelenski, dijo el viernes al vicepresidente de EE.UU., James David Vance, que no había estado en Ucrania y, por lo tanto, no podía saber la situación en el frente. Desde este momento, comenzó “el concierto de Zelenski”, observó el sábado el periodista ucraniano Vladímir Boiko.
“Intentemos hacer cuentas”, propone Boiko en su canal de Telegram. Según diferentes evaluaciones, las Fuerzas Armadas de Ucrania cuentan con entre 880.000 y 1.060.000 efectivos, de los cuales 250.000 están en el frente, escribe.
A continuación, el periodista estima que entre 60.000 y 65.000 de militares murieron y sus cuerpos no pudieron ser evacuados. “Se les considera desaparecidos en combate, figuran en las listas de personal de sus unidades militares y su salario y compensaciones adicionales se pagan a las cuentas de tarjetas de sus familiares”, remarca.
Además, de acuerdo con Boiko, al menos 50.000 son desertores, cuyos datos aún no han sido introducidos en el Registro Unificado de Investigaciones Previas al Juicio, lo que significa que se consideran incluidos en las listas de personal de sus unidades militares.
En este contexto, el periodista explica que, como resultado de la liquidación de la Fiscalía Militar en 2020, desde hace 5 años no existe ningún órgano responsable de mantener el orden público en el Ejército de Kiev. “Esto ha provocado deserciones masivas: el Ejército simplemente huye”, dice.
Entre otros 50.000 soldados, Boiko enumera a militares “ficticios” en el servicio, como “todo tipo de activistas sociales, cantantes con la boca abierta y simplemente novios* de altos funcionarios”. El mayor daño de tales personas “no es que no cumplan con sus obligaciones del servicio militar -de todos modos no serían de ninguna utilidad en el frente- y ni siquiera que roben fondos del presupuesto, sino que este fenómeno desmoraliza al Ejército“, opina el activista.
“En algunas unidades militares se ha dado una situación en la que en un pelotón de 30 personas, según la plantilla, solo hay 12 o 13, y el resto están destinados a algún ministerio civil, a la Agencia Nacional para la Prevención de la Corrupción o a un circo ambulante“, argumenta. “El personal militar, que es tratado como ganado, simplemente depone las armas y se va a casa”, agrega.
“Jóvenes de mejillas coloradas”
“Otra categoría de combatientes en la zona de combate son los militares del Servicio Militar de Aplicación de la Ley: jóvenes de mejillas coloradas y con el uniforme limpio se encuentran en los puestos de control a 30-50 kilómetros del frente y controlan las hojas de ruta de los conductores de vehículos militares. La edad predominante de estos defensores es de 26 a 32 años“, ironiza el autor de la publicación.
De tal modo, quedan alrededor de 90.000 o 100.000, un tercio de los cuales son militares del cuartel general y de los servicios de retaguardia. Además, hay heridos que se encuentran en hospitales o en espera de una conclusión de la Comisión Médica Militar sobre su incapacidad para el servicio militar, así como aquellos que regresaron a sus unidades después del hospital con un certificado de aptitud limitada.
“¿Y ahora Zelenski quiere que Vance venga a Ucrania y lo vea con sus propios ojos? Vaya, vaya”, resume Boiko.
*El movimiento internacional LGBT está calificado como organización extremista en el territorio de Rusia y prohibido en el país.
