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El anuncio se produce poco después de que el enviado especial del Gobierno estadounidense, Richard Grenell, fuera recibido por Nicolás Maduro en Caracas.
Venezuela está lista para acoger a todos sus ciudadanos en situación irregular que se encuentran en EE.UU. y les proporcionará transporte de regreso, aseguró este sábado el presidente estadounidense, Donald Trump.
En su cuenta de Truth Social, el mandatario celebró la liberación de seis estadounidenses apresados en Venezuela y dijo que Caracas expresó su disposición a recibir a todos sus connacionales inmigrantes en situación irregular que “estaban acampados en EE.UU.“. “Venezuela también ha acordado proporcionar el transporte de regreso”, añadió Trump.
“Estamos en el proceso de sacar un número récord de extranjeros ilegales de todos los países, y todos los países han acordado aceptar a estos extranjeros ilegales de regreso”, completó su mensaje el mandatario republicano.
Por su parte, Richard Grenell, enviado especial del Gobierno de EE.UU., expresó su agradecimiento a Trump y recordó que la decisión de Caracas se produce poco después de que terminara la misión de su delegación, que fue recibida el viernes por el presidente venezolano Nicolás Maduro en el Palacio de Miraflores.
Uno de los frutos de esas conversaciones fue la excarcelación de seis estadounidenses retenidos en Venezuela por presunta involucración en delitos que atentaban contra la “integridad del sistema político” de la nación bolivariana.
Comentando su liberación, el fiscal general de Venezuela, Tarek William Saab, explicó que se debió a que se revisaron las medidas preventivas de su caso. Asimismo, dijo esperar que la imágenes difundidas desmientan toda la información falsa sobre su estado de salud.
- Caracas rompió relaciones con Washington en 2019, luego de que el anterior Gobierno de Trump mostrara su respaldo al exdiputado Juan Guaidó, quien se autoproclamó “presidente encargado” ese año.
- A partir de ese paso emprendido por la Casa Blanca, aumentaron las tensiones entre ambos países y EE.UU. intensificó la imposición de sanciones como forma de “máxima presión” para lograr un cambio político en Venezuela.
