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El equipo de la aeronave, cuya base es un Boeing 707-320, permite al alto mando estadounidense comunicarse con armas estratégicas y no estratégicas, en particular, con el arsenal nuclear.
Un E-6 Mercury de la Armada de EE.UU., uno de los aviones clave de las Fuerzas Armadas del país destinados a servir como puesto de mando máximo en caso de guerra nuclear, aterrizó en Islandia.
“La tripulación se reunió con la embajadora de EE.UU. en Islandia, Carrin Patman, y otros funcionarios diplomáticos y militares”, comunicó en Twitter el comando de tropas estadounidenses en Europa.
La reducida flota de ese tipo de aeronaves es apodada en’Doomsday planes’ (‘aviones del juicio final’, en inglés) en EE.UU., ya que se utilizarían como puestos de mando aerotransportado para el presidente y altos funcionarios del país en caso de una hipotética guerra nuclear, bajo la suposición de que las estructuras de control en tierra fueran destruidas.
El equipo de la aeronave, cuya base es un Boeing 707-320, permite al alto mando estadounidense comunicarse con armas estratégicas y no estratégicas, en particular, con el arsenal nuclear.
En este último caso, el sistema de control de lanzamiento a bordo (ALCS), sirve como una herramienta para lanzar misiles balísticos desde tierra, según describe el Pentágono.
El primero de los 16 aviones E-6A entró en servicio entre 1989 y 1992, y gracias a sus 31 antenas de comunicación era capaz de contactarse con los submarinos estadounidenses.
Entre 1997 y 2006, el Departamento de Defensa de EE.UU. modernizó los E-6A con un nuevo sistema de control de lanzamiento de misiles mediante ondas de frecuencia ultra alta (UHF, por sus siglas en inglés). De esta forma, el nuevo E-6B Mercury puede disparar de forma remota misiles balísticos desde sus ubicaciones subterráneas.
Hasta 1991, la Armada estadounidense contaba con al menos un E-6 permanentemente en el aire. Actualmente, el Pentágono planea extender su servicio hasta el año 2040.
El análogo ruso de estas aeronaves son los Ilyushin Il-80, desarrollados a partir del Ilyushin Il-86, de los cuales las Fuerzas Armadas rusas poseen cuatro unidades.
El pasado 21 de febrero, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, firmó un decreto para suspender la participación del país en el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START III) suscrito con EE.UU.
La suspensión del pacto, en el marco del cual los países firmantes se comprometieron a reducir sus fuerzas nucleares hasta 700 portadores, 1.550 ojivas nucleares y 800 lanzadores, durará hasta que Moscú determine cómo se contabilizará el arsenal conjunto de la OTAN.
“Antes de regresar a la discusión sobre esta cuestión, debemos entender qué reclaman países de la Alianza del Atlántico Norte como Francia y Reino Unido y cómo vamos a contabilizar sus arsenales estratégicos, es decir, el potencial total de ataque de la alianza”, explicó el mandatario.