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Se trata de la primera vez desde la Segunda Guerra Mundial que la Armada del país pierde un barco en el mar.
El piloto automático de un buque de la Armada de Nueva Zelanda provocó que este se estrellara contra un arrecife frente a las costas de Samoa, donde se incendió y acabó hundiéndose, informa The Guardian.
El accidente ocurrió el pasado mes de octubre y, de acuerdo con las conclusiones preliminares de un tribunal militar de investigación, una serie de errores humanos ocasionaron la pérdida de la nave.
En el informe de los investigadores, publicado este viernes, se indica que la tripulación del HMNZS Manawanui no se dio cuenta de que la conducción automática estaba activada y asumieron que habían perdido el control de la dirección por un fallo en los propulsores.
Las 75 personas que viajaban a bordo fueron evacuadas con éxito antes de que el barco naufragara a casi dos kilómetros de la costa de la isla de Upolu. El navío, uno de los nueve que hasta ese momento poseía la Armada neozelandesa, es el primero que el país pierde en el mar desde la Segunda Guerra Mundial.