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El sospechoso está prófugo y ya había sido condenado por feminicidio en 2004.
Una mujer de 37 años, identificada como Astrid Cruz, y su hijo adolescente de 16, llamado Ángel Fernando, fueron brutalmente asesinados a martillazos en Zapopan, en el estado mexicano de Jalisco. El sospechoso del doble homicidio es un exconvicto condenado por el homicidio de otra expareja.
Según medios locales, el responsable del brutal crimen es Eduardo N., quien actualmente se encuentra prófugo de la justicia. El hombre usó un martillo para segar la vida de sus víctimas, un ‘modus operandi’ que habría aplicado hace más de dos décadas.
En 2004, Eduardo N. admitió la responsabilidad en el asesinato de su entonces pareja en Culiacán, Sinaloa, en el norte de México. La víctima se llamaba Martha Berenice Melchor Meza y fue golpeada salvajemente hasta la muerte con un martillo. Luego, su cuerpo fue arrojado a un río.
Debido a ese crimen, el hombre fue condenado a 26 años de cárcel, pero solo cumplió 14 bajo reclusión, en los que se incluyó una fuga en 2006. En 2020 salió en libertad y, un lustro más tarde, mató de la misma manera a Astrid Cruz y su hijo. La hija menor de la mujer, que tiene 9 años, está hospitalizada y presenta heridas graves.
Con el pasar de las horas, la prensa ha revelado que hay una tercera mujer involucrada en la historia de Eduardo N. Aunque hay versiones confusas sobre la fecha en que se casó, lo cierto es que el sospechoso tuvo una hija y contrajo nupcias, pero su nueva pareja murió en 2022, bajo circunstancias que no han sido esclarecidas.
“Asesino serial”
En declaraciones a la prensa local, la hermana de Cruz aseguró que la familia “no sabía nada” del historial del presunto asesino de Astrid. “Estamos muy sorprendidos. El mismo ‘modus operandi’, como si fuese un asesino serial. Las tres mujeres de la misma manera atroz y salvaje, con un odio horrible y estamos muy sorprendidos”, aseveró.
En esa línea, adelantó que a su familia le han propuesto unir la demanda con los otros dos casos que involucran a Eduardo N, de modo que la justicia “esta vez no tenga el pretexto” para dejarlo en libertad.
La búsqueda del prófugo continúa. La víspera, el gobernador de Jalisco, Pablo Lemus, aseguró que ya tenían indicios de su paradero, tras condenar el doble asesinato de manera categórica: “Este multihomicidio es algo verdaderamente indignante y ya estamos muy cerca de dar con él”, dijo.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
De acuerdo al testimonio de los familiares de Cruz, ella estaba en proceso de mudanza y recibió varios mensajes de Eduardo N. En un correo antes del ataque, él le advertía que sabía el lugar al que la mujer pretendía trasladarse con su familia.
Los cadáveres de Astrid y su hijo fueron encontrados atados de manos en la casa donde aún residían. La policía presume que el autor del crimen intentó deshacerse de los cuerpos pero no tuvo oportunidad.
El asesino también habría intentado suplantar la identidad de sus víctimas luego de matarlas, ya que respondió varios mensajes desde el celular de Astrid. No obstante, esos textos despertaron sospechas en sus allegados, que de inmediato se trasladaron a la casa de Cruz y descubrieron los cuerpos. Eduardo N. no es padre biológico de los menores.
Datos inquietantes
La víspera, la prensa ha desvelado varios datos inquietantes. Aparentemente, el sospechoso tenía una fundación dedicada a capacitar a cuerpos policías y solía colaborar con columnas sobre masacres y asesinos seriales.
En una página web, que lleva su nombre, se presenta como un hombre que trabaja para “transformar y dignificar a la policía” en su país, por lo que defiende la sindicalización de los cuerpos de seguridad, una cuestión prohibida por la Constitución.
Asimismo, comparte una pequeña presentación en la que admite: “Traicioné la mano que me tendieron mis amigos pero principalmente traicioné la confianza y el amor de quien me entregó su corazón y le arrebaté la vida. Hoy solo queda vivir con el dolor de lo irreparable, y dedicar lo que me reste de vida a hacer el bien”.
