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La presidenta del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte de Texas, donde cortaban, estudiaban y alquilaban los cadáveres no reclamados, presentó su renuncia.
La presidenta del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad del Norte de Texas, Sylvia Trent-Adams, presentó su renuncia tras una investigación periodística que reveló la utilización de cadáveres para distintos tipos de prácticas médicas sin el consentimiento de los familiares.
La dimisión fue aceptada por la Junta de Regentes de la Universidad, según confirmó en un comunicado publicado este lunes, en el que destacó las contribuciones y el servicio brindado por Trent-Adams y resaltó su “dedicación, integridad y respeto”. Por su parte, el vocero del Centro de Ciencias de la Salud, Andy North, aclaró que la presidenta, quien seguirá en el cargo hasta fin de mes, “ha indicado que las razones para su salida son personales”.
Sylvia Trent-Adams has led the Health Science Center since 2022. She became the first Black woman to serve in the role. https://t.co/CvAANlWa3y
— Fort Worth Report (@FortWorthReport) January 21, 2025
En septiembre del año pasado, una investigación publicada por NBC News detalló que la institución con sede en Fort Worth cortaba, estudiaba y alquilaba los cadáveres que no habían sido reclamados o cuyos familiares no podían pagar el entierro o la cremación. Durante 5 años recibieron unos 2.350 cuerpos de los condados de Dallas y Tarrant, muchos de los cuales fueron utilizados para prácticas de estudiantes de medicina, diseccionados y alquilados a empresas externas, incluyendo firmas de biotecnología y el Ejército.
Estos procedimientos, que no contaron con el consentimiento de los familiares, le permitieron al centro recaudar unos 2,5 millones de dólares al año.
Días antes de la publicación de NBC News, la institución anunció la suspensión del programa de donación de cuerpos, despidió a los funcionarios que estaban al frente y contrató a una compañía externa para investigar las prácticas.
A su vez, Trent-Adams envió correos electrónicos a estudiantes y miembros de la facultad, en los que reconoció que hubo “una falta de controles y supervisión suficientes” en el programa de donación de cuerpos, al que responsabilizó por no cumplir “con los estándares de respeto, cuidado y profesionalismo” exigidos.
Para la entrega de muchos de esos cadáveres se consideró que no tenían parientes cercanos. Sin embargo, NBC News logró contactar con 25 familias de personas que habían sido diseccionadas y estudiadas sin permiso. Incluso, sus parientes tardaron semanas, meses o años en enterarse de estos procedimientos.