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Este país necesita espacio para garantizar que podrán enterrarse los ataúdes de unos 30.000 hipotéticos muertos.
Las asociaciones funerarias de Suecia están tratando de conseguir suficiente terreno para enterrar a miles de personas en caso de una eventual guerra. Tal panorama se da luego de que el país nórdico se uniera en marzo a la OTAN, rompiendo décadas de neutralidad de posguerra.
La asociación de entierros de Gotemburgo, la segunda ciudad más grande del país, está en tratativas para adquirir terrenos adicionales para garantizar lugares para los ataúdes de unos 30.000 muertos en caso de un conflicto a gran escala, informó este sábado AP. Ello se suma a otros 60.700 metros cuadrados de terreno necesarios para construir cementerios adicionales en la urbe.
La búsqueda sigue las recomendaciones del Secretariado Nacional de la Iglesia de Suecia, las cuales se alinean con las directrices de preparación para crisis establecidas por la Agencia Sueca de Contingencias Civiles y las Fuerzas Armadas Suecas. Esta planificación ha adquirido una nueva dimensión tras la decisión de Estocolmo de unirse a la Alianza Atlántica y el aumento de las tensiones en la región.
Nuevas necesidades
“Las [recomendaciones] significan que necesitamos más terrenos para cementerios y este es […] un problema en las grandes ciudades, donde los recursos de tierra son escasos para empezar y no siempre suficientes para satisfacer las necesidades de cementerios incluso en tiempos de calma y paz“, afirmó al respecto Katarina Evenseth, asesora principal de la Asociación de Entierros de Gotemburgo, citada por la agencia.
Si bien el organismo y las autoridades municipales han identificado una amplia zona para construir un cementerio a gran escala y cumplir con los propósitos mencionados, se trata de un largo proceso de aprobación y construcción que podría tardar al menos 10 años en tiempos de incertidumbres.
Según las disposiciones de la Iglesia de Suecia, las asociaciones funerarias son responsables de garantizar la disponibilidad de suficiente tierra para dar sepelio a aproximadamente el 5 % de la población dentro de una parroquia, si la situación lo requiere.