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“Las muertes en la playa del Tarajal son emblemáticas de las políticas fronterizas racistas y mortales de Europa y de un desprecio total por las vidas negras en particular”, indicaron desde la ONG que apoya la demanda.
Un sobreviviente de los trágicos eventos en Ceuta de 2014 —cuando en un intento fallido de cruzar la frontera desde Marruecos hacia España se ahogaron al menos 15 inmigrantes tras una intervención de la Guardia Civil española— ha presentado una denuncia ante la ONU contra el país ibérico, acusándolo de múltiples violaciones de la Convención contra la Tortura, informa The Guardian.
El denunciante, un joven camerunés de 25 años que logró establecerse en Alemania, denunció el caso ante el Comité de la ONU contra la Tortura con el apoyo del Centro Europeo de Derechos Constitucionales y Humanos (ECCHR, por sus siglas en inglés), con sede en Berlín. “Ha pasado una década y todavía ni una sola persona ha sido responsabilizada por la muerte y las heridas de tantas personas”, afirmó el sobreviviente, que pidió ser identificado como Ludovic.
¿Disparos al agua?
Ludovic tenía 15 años cuando, siendo un menor no acompañado e indocumentado, decidió unirse al intento de unas 200 personas de llegar nadando al enclave español de Ceuta desde Marruecos. No sabía nadar, pero se aferraba al rompeolas con una mano y remaba hacia adelante con la otra, cuando escuchó a la Guardia Civil disparar y lanzar gases lacrimógenos.
El joven siguió avanzando hacia el país europeo, cuando un agente le golpeó en el brazo con una porra, desgarrándole la piel. A pesar de ello, Ludovic logró llegar a suelo español, pero allí no se le ofreció asistencia médica ni jurídica y tampoco ayuda en traducción. Aquel día, al menos 15 inmigrantes se ahogaron y varios otros resultaron heridos. Más adelante, Ludovic fue regresado a Marruecos junto con otras 23 personas.
Después de que la Comisión Europea pidiera a España una aclaración de lo ocurrido en la frontera, el entonces ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, admitió que los agentes dispararon material antidisturbios, pero insistió en que no apuntaron directamente a las personas y que “la zona de impacto siempre correspondió a las aguas españolas, lejos de donde se encontraban los inmigrantes”, por lo que “las balas no provocaron su muerte”.
“Un desprecio total por las vidas negras”
Las tres investigaciones judiciales abiertas sobre los hechos fueron archivadas sin que se escucharan los testimonios de los sobrevivientes ni de los familiares de las víctimas, a varios de los cuales les negaron la entrada a España cuando quisieron identificar a sus seres queridos que yacen en tumbas sin nombre en el país ibérico.
“La violencia en la frontera ese día continuó en los tribunales, donde tampoco nos trataron como seres humanos“, señaló Ludovic, quien pide a la ONU que reabra la investigación sobre el incidente en Ceuta, alegando los malos tratos que recibió en la frontera, así como su expulsión a Marruecos y la falta de investigación de las muertes de inmigrantes por parte de las autoridades.
Desde la ONG que apoya la demanda, describieron los enclaves españoles de Ceuta y Melilla como el “laboratorio europeo de la falta de derechos fronterizos” y destacaron que los cadáveres recuperados en 2014 en la costa nunca fueron identificados. “Las muertes en la playa del Tarajal son emblemáticas de las políticas fronterizas racistas y mortales de Europa y de un desprecio total por las vidas negras en particular”, afirmó la asesora jurídica del ECCHR, Hanaa Hakiki.