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Los restos desmembrados de un individuo enterrado bajo el suelo de una iglesia medieval en Croacia aportan pistas sobre la dura vida y la muerte de un hombre que tal vez fue considerado un vampiro.
Científicos croatas investigan el enterramiento de un supuesto vampiro en el este del país. Los restos dispersos de un hombre adulto yacían entre unas ruinas, bajo el suelo de una antigua iglesia en el yacimiento arqueológico de Rašaška, a 112 kilómetros al sureste de Zagreb, la capital croata, según Live Science.
El estudio supone que la persona, un hombre de entre 40 y 50 años de edad, fue asesinado, aparentemente, en el siglo XV o en el XVI.
Según los investigadores, después del entierro, alguien cavó la tumba y desmembró el cadáver debido a la superstición de que el difunto podía levantarse y dañar a los vivos.
“Sabemos que en muchos países eslavos la creencia en espíritus malignos persistió” incluso después de la adopción del cristianismo, explicó a Live Science Nataša Šarkić, una arqueóloga independiente que investigó el hallazgo. “La creencia en vampiros ha sido bastante extendida, sin duda”, afirmó.
La postura del difundo
La persona enterrada estaba colocada de forma inusual: el tórax del fallecido fue colocado en posición supina y su cabeza fue separada del cuello y colocada a una distancia de 30 cm, mientras que el tejido blando aún estaba presente.
Entre sus piernas se encontró un enorme ladrillo y debajo de su cabeza una enorme piedra, según el sitio web escrito en serbio ‘Sve o Arheologiji’ (‘Todo sobre arqueología’).
Es más, el cráneo del hombre estaba girado de lado y fracturado.
Heridas del individuo
El individuo presentaba varias lesiones, algunas provocadas en el momento en que murió y otras que tuvo durante años. Casi todas como consecuencia de sucesos violentos con otras personas. Las heridas en la cabeza, sin signos de curación, indican que no sobrevivió al último ataque, señala un estudio publicado en Military Orders and Their Heritage.
Además, se han descubierto varias lesiones que sufrió durante sus años de vida, así como aquellas que fueron la causa de la muerte. Se registró una lesión en las costillas y la parte inferior de la pierna, así como una lesión curada en el maxilar superior, la mandíbula superior, que fue causada por un objeto punzante. También se observaron dos heridas mortales en el cráneo, infligidas por la espalda.
Los autores del artículo señalan que es igualmente notable el modo en que fue enterrada esta persona. A pesar de estar enterrado dentro de la iglesia, su lugar de sepultura estaba situado contra la pared, lo cual es la ubicación más desfavorable.
¿Qué fue el yacimiento arqueológico donde se desenterraron los restos?
El yacimiento de Rašaška forma parte del asentamiento más grande de Bobare, que en la Alta Edad Media era propiedad de los Caballeros Templarios, una orden militar que tomó su nombre del legendario Templo de Salomón de Jerusalén. Más tarde, ese terreno fue propiedad de los Caballeros de San Juan y, en el siglo XV, pertenecía a los nobles locales.
Los arqueólogos han estado excavando edificios en el lugar desde 2011 y encontraron más de 180 tumbas allí.
La más antigua data, según parece, del siglo XIII, pero muchas de ellas son de los siglos XV y XVI. Hasta ahora, la sepultura marcada bajo el número 157 es el único entierro de vampiro que han encontrado en el lugar.
Sin embargo, este no es el primer enterramiento medieval de un supuesto vampiro descubierto en Croacia. En 2024, al noroeste del yacimiento de Rašaška, se encontraron los restos de una persona que fue enterrada en un ataúd de madera ornamentado y a la que le faltaba la cabeza y una parte del cuerpo.
¿Un posible pecador o apóstata?
Según la tradición eslava, el alma de una persona fallecida no pasa instantáneamente al más allá, sino que permanece unida al cuerpo hasta que se descompone, lo que se cree que ocurre después de 40 días. Transcurrido ese periodo, el alma abandona el cuerpo y emprende el largo viaje al otro mundo.
Si el difunto murió de forma violenta, fue violento en vida o fue un gran pecador, el cadáver no se descompondrá, sino que se convertirá en vampiro, apuntan los investigadores.
Las personas que se desviaron de las normas de la comunidad durante su vida, las que eran consideradas pecadoras o fueron reconocidas como apóstatas, tenían un potencial especial para convertirse en vampiros, según las creencias de la época.