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Dataciones de carbono en los huesos y el carbón encontrados en el sitio arqueológico de Ucanal muestran que se quemaron los restos de miembros de la realeza. Los restos fueron después depositados en una pirámide, marcando el inicio de una nueva dinastía.
Un grupo internacional de investigadores reveló que un depósito carbonizado con restos humanos y adornos ceremoniales descubierto en el interior de una pirámide del sitio arqueológico de Ucanal (Guatemala) posiblemente fue parte de un ritual público y dramático relacionado con un cambio de régimen político, informó el servicio de prensa de la revista Antiquity.
Anteriormente, el yacimiento donde se halló el depósito fue la capital del reino maya de K’anwitznal. Durante el apogeo de la antigua ciudad de Ucanal, entre los años 630 y 1000, sus asentamientos urbanos se extendieron en un área de 26 kilómetros cuadrados.
Los científicos explicaron que a principios del siglo IX se originó una gran agitación política en las tierras bajas mayas. No obstante, el reino de K’anwitznal experimentó una ampliación de su poder político a partir del reinado de Papmalil, un gobernante que probablemente era extranjero.
Esto se debe a que sus raíces se remontan a los pueblos mayas de otra región diferente a la de Ucanal. La investigadora Christina Halperin indicó que, a diferencia de los gobernantes que precedieron a Papmalil, este gozó de un título oficial que estaba asociado con líderes militares.
Una investigación publicada en la revista Antiquity reporta que al examinar el contenido del depósito se identificaron partes humanas carbonizadas, así como cientos de piezas de adornos personales fabricados en materiales preciosos. Durante el análisis de los objetos, los investigadores detectaron los fragmentos de una máscara de piedra verde, además de dos piedras de obsidiana que habrían servido de pupilas de dicha máscara, que se asemeja a otras usadas en los entierros de la realeza maya.
Un ritual para marcar el fin y el inicio de una dinastía
Las dataciones por radiocarbono en los huesos y el carbón encontrados en el sitio no coincidían entre sí. El carbón data de entre los años 773 y 881, pero la datación de los huesos indica unas décadas antes. Los expertos sugirieron que se ingresó “a la tumba específicamente para quemar los restos reales, que luego fueron depositados en la construcción de una nueva fase de un templo-pirámide”.
“Los huesos estaban muy fragmentados, pero pudimos determinar que los restos pertenecían a al menos cuatro individuos”, señaló Halperin, quien destacó que, a pesar de que su identificación fue complicada, se tiene certeza de que uno de los individuos “era definitivamente un hombre adulto”. En la investigación se detalló que al menos dos individuos pertenecían a la realeza maya.
Según los autores del estudio, la quema de los restos fue parte de un acto político que al mismo tiempo rechazó a la dinastía maya que gobernó en el período Clásico tardío, entre los años 600 y 810, dando inicio a un nuevo orden político cercano al período Clásico final. Este evento pudo haber estado relacionado con el comienzo del reinado de Papmalil.
“El evento del incendio en sí y el reinado de Papmalil ayudaron a marcar el comienzo de nuevas formas de imágenes monumentales que enfatizaban los vínculos políticos horizontales y los cambios fundamentales en la estructura social de la sociedad”, asegura Halperin.
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