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Ahora, el afectado, de 35 años, ha demandado a los médicos por negligencia.
Un hombre de 35 años perdió la mandíbula luego de que los doctores lo operaran por error tras confundir sus resultados médicos con los de una persona que tenía un tumor maligno. El insólito accidente ocurrió el año pasado en el Policlínico Umberto I, en la ciudad de Roma, y ahora está siendo investigado por la Fiscalía tras la denuncia del afectado.
Según el diario Corriere della Sera, Francesco (nombre ficticio para proteger su identidad) sufrió graves secuelas debido a la negligencia de los médicos, incluyendo parálisis facial. “Aún ahora no puedo describir mi estado de ánimo. Estoy vivo, estoy sano, no tengo ninguna enfermedad mortal, pero he sufrido mucho“, afirmó Francesco.
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El hombre descubrió el error gracias a una intuición. Sentía que algo no iba bien y envió el material biológico a un laboratorio para analizar su presunto ADN. “El 25 de octubre llegó la respuesta: el ADN no es mío. Ya no tengo mandíbula. Pero no tengo cáncer. Alguien más está mal, muy mal”, dijo, refiriéndose a que sigue siendo un misterio si la persona que sí tenía cáncer recibió su diagnóstico a tiempo.
Solo quería extraerse una muela del juicio y un quiste
Todo comenzó en mayo de 2024, cuando Francesco quería extraerse una muela del juicio y un quiste, para lo que los médicos realizaron un examen histológico rutinario. Al mes siguiente, le comunicaron que tenía un “osteosarcoma maligno de alto grado” y que su única opción era la “demolición inmediata de la mandíbula junto con nueve ciclos de quimioterapia”.
Luego de extirparle el hueso, en julio se sometió a una cirugía para implantar una placa de reconstrucción. “Cuando me despierto, el lado derecho de mi cara está paralizado. Me veo deforme”, relató. Los médicos realizaron otro examen del hueso extraído, pero esta vez los resultados fueron negativos.
Francesco decidió hacerse la prueba de ADN al sentirse confundido por los especialistas, quienes repentinamente le informaron que quizás “la quimioterapia ya no sea tan necesaria”. Fue entonces cuando descubrió que nunca estuvo enfermo y que perdió parte de su rostro en vano.