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Las autoridades venezolanas acusaron a Washington de pretender “desconocer” la voluntad popular mediante la imposición de un gobernante “títere”.
El Gobierno de Venezuela rechazó este viernes el comunicado que emitió el Departamento de Estado de EE.UU. junto con la Unión Europea y 38 países de América y Europa –a los que Caracas tachó de “gobiernos satélites”–, al considerar que “no es más que acumulado de infamias, distorsiones y aspiraciones golpistas”.
“El Sr. [Antony] Blinken y su ‘comandito’ [grupo de choque] de países lacayos intentan reeditar la iniciativa del exvicepresidente [Mike] Pence, cuando en 2019 falló en un intento de aislar a Venezuela”, sostiene un fragmento de un comunicado difundido por el canciller Yván Gil en su canal de Telegram.
En el texto se tilda de “ridículo” el pronunciamiento conjunto y llama la atención sobre el doble estándar de Washington y sus aliados en materia de derechos humanos del pueblo venezolano, pues invoca su defensa “mientras lo agreden con casi 1.000 medidas coercitivas ilegales y planifican acciones terroristas contra sus autoridades, servicios públicos e instituciones”, en interés de “desconocer su voluntad democrática e imponer, como en 2019, a un nuevo títere“.
Se apunta que los firmantes, liderados por la Administración estadounidense, “sumaron a su reunión la patraña del Centro Carter”, institución a la que se acusa de haber traicionado “el legado histórico de su fundador” y de pretender tutelar y “redefinir” las reglas de los procesos electorales para “proporcionar sus propios resultados a conveniencia”.
Asimismo, se llama a recordar que “ya en Venezuela se pronunció el Consejo Nacional Electoral y su resultado fue ratificado por el Tribunal Supremo de Justicia, sin que ningún candidato –incluyendo el protegido y financiado por la Casa Blanca– presentara tan solo una impugnación“.
“Sin moral”
Además, se recalca que “Venezuela ha sido y será siempre respetuosa del derecho internacional”, al tiempo que se contrasta el estado de la sede diplomática de EE.UU. en Caracas con el estado de las legaciones venezolanas en el país norteamericano y la ausencia de pronunciamiento de los países que suscribieron el documento impulsado por Blinken sobre hechos graves como la intromisión de Ecuador en la Embajada de México en Quito o “el bombardeo de Israel, a quien financian y apoyan, al Consulado de Irán”, lo que les inhabilitaría para “hablar de compromisos y respeto al derecho internacional”.
“Venezuela no se dejará amedrentar. El mundo sabe que su pueblo y su Gobierno están profundamente comprometidos con la autodeterminación, con la independencia y con los valores democráticos, además de un apego inquebrantable al derecho internacional y la paz”, concluye el escrito.